¿Y Qué Será de Morante?

¿Y Qué Será de Morante?

25.11.2025  07:25 a.m.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora

Mientras Valencia y Sevilla agitan el tablero taurino de cara a la temporada 2026, todas las miradas apuntan a La Puebla del Río, donde el retiro del genio cigarrero abre un interrogante que inquieta y entusiasma por igual: ¿seguirá Morante de la Puebla al frente de las fiestas de San Sebastián, o su adiós a los ruedos marcará un cambio de ciclo en su pueblo natal?

Arbeláez – Colombia. ¿Y qué será de Morante de la Puebla?... La incógnita que mantiene en vilo al aficionado en una pretemporada más revuelta que nunca.

Pese a que el calendario se empeña en recordarnos que el año apura sus últimos días, el avispero taurino de 2026 anda más inquieto que un toro de sangre caliente en chiqueros. Valencia y Sevilla, dos plazas de primera que marcan el pulso de la temporada, han encendido los motores antes de tiempo: la primera ya tiene reseñadas las ganaderías para Fallas y ha iniciado contactos con los principales espadas del escalafón, mientras que la segunda vive un auténtico terremoto tras el desembarco de Lances de Futuro y la consiguiente salida de la histórica empresa Pagés, custodios de la Feria de Abril desde aquel lejano 1933 en el que Eduardo Pagés Cubiña depositara una fianza de 100.000 pesetas para dirigir el coso del Baratillo.

Pero, más allá de estos movimientos que sacuden la cúspide del toreo, una pregunta resuena con fuerza en los mentideros taurinos, en las tertulias, en los burladeros imaginarios y hasta en las tabernas de ultramarinos:

“… Y qué será de Morante de la Puebla?”

La interrogante nace en un lugar tan simbólico como decisivo: La Puebla del Río, ese municipio sevillano que cada mes de enero se convierte en epicentro del rito taurino gracias a sus encierros y novilladas en honor a San Sebastián. Un pueblo que no solo respira tradición, sino que late al compás de un nombre propio que lo ha proyectado más allá de su ribera: José Antonio Morante Camacho.

El cigarrero: retirado de los ruedos, pero no del espíritu taurino

Desde su retirada el pasado 12 de octubre en la plaza más importante del mundo, muchos imaginaron a Morante en un discreto segundo plano, dedicado al sosiego, a la introspección o al simple reposo tras una carrera sacudida por la genialidad y la locura creativa. Pero quienes le conocen saben que el torero cigarrero no sabe vivir al margen de la emoción del toro bravo, de la estética y de la liturgia que tanto reivindicó en el ruedo.

Su figura sigue arraigada a La Puebla del Río, a sus calles, a su gente y, sobre todo, a esas fiestas patronales que él mismo ayudó a situar en la agenda nacional gracias a una apuesta inequívoca: toros con seriedad, tradición y belleza, todo para acercar a las nuevas generaciones a un rito que él considera sagrado.

Un modelo de éxito que debe disputarse en concurso

El Ayuntamiento de La Puebla del Río, consciente del valor cultural y económico de estas celebraciones, ya trabaja para reeditar el modelo de los últimos dos años. Sin embargo, tal y como marca la normativa, la organización deberá adjudicarse mediante concurso público, lo que abre un nuevo capítulo en esta historia.

Morante actuó como empresa organizadora en 2024 y 2025, y según adelanta ABC de Sevilla, su intención es volver a presentarse para 2026, en unas fiestas previstas para los días 23, 24 y 25 de enero, pese a que el calendario litúrgico sitúe el día de San Sebastián el 20 de enero.

¿Volverá a liderar el proyecto?

Todo indica que sí: el torero ha sido el alma visible de unas celebraciones que apostaron sin titubeos por el toro en puntas, por el encierro serio, por el respeto a la costumbre y por el atractivo para la juventud local.

Su salida temporal del proyecto en enero de 2022, motivada por su malestar tras el aplazamiento del encierro, pareció entonces definitiva. Sin embargo, su regreso en 2024 evidenció que el vínculo entre Morante y San Sebastián es más fuerte que cualquier desencuentro. Este retorno se hizo posible tras la renovación del objeto social de la sociedad que compartía con su apoderado, Pedro Jorge Marques, que pasó a llamarse Inversiones San Antonio 2023.

Tres días, un patrón y un pueblo volcado

El programa previsto para 2026 repite la fórmula que ha dado tanto brillo en las últimas ediciones:

- Viernes: encierro infantil.

- Sábado: novillada sin picadores, precedida de encierro matinal.

- Domingo: segunda novillada sin picadores, también con encierro al alba.

Un esquema sencillo pero contundente, donde el toro es el eje y la emoción, la estética y el respeto por la tradición constituyen el sello distintivo.

La alcaldesa lo sintetiza con precisión: «Nuestro objetivo es que quien se presente garantice el mismo nivel de seriedad, estética y respeto por la tradición». Sin nombrarlo, lo define. Sin mencionarlo, parece reclamarlo.

Morante, entre el mito y la responsabilidad

La pregunta sigue en el aire, cargada de expectación y romanticismo taurino:

¿Qué será de Morante de la Puebla?

Retirado del toreo, sí. Desligado de su pueblo y de sus fiestas, difícilmente. Si algo enseñó su carrera es que el cigarrero nunca se fue de La Puebla… ni La Puebla de él. Todo apunta a que su nombre seguirá siendo faro, guía y medidor de exigencia en las fiestas de San Sebastián. Porque, en el fondo, Morante jamás se aparta del toro: simplemente cambia de trinchera.

  

 

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