19.06.2025 01:46 p.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
La Feria del Señor de los Milagros 2025, conmemorando los 200 años de la Plaza de Acho, se consolida como un hito taurino y cultural de América. Con seis fechas que reúnen a las máximas figuras del toreo, encabezadas por la histórica encerrona de Andrés Roca Rey, esta edición promete emociones inigualables y reafirma a Lima como capital taurina del continente.
Arbeláez - Colombia. En el universo taurino, pocas citas poseen la capacidad de convocar, conmover y trascender como lo hace la Feria del Señor de los Milagros en la Plaza de Acho. Año tras año, este magno ciclo limeño se convierte en epicentro de la tauromaquia americana, y en 2025, con la celebración del Bicentenario del coso más antiguo del continente, el significado de esta feria adquiere dimensiones históricas, culturales y artísticas sin precedentes. Más que un cartel de figuras, esta edición representa el reencuentro de una nación con su patrimonio taurino, la renovación de un pacto emocional entre el ruedo y la afición, y la reafirmación de Lima como bastión esencial en el mapa mundial de la fiesta brava.
LA IMPORTANCIA DE LA FERIA DE ACHO Y SU GRAN CONVOCATORIA: TRADICIÓN QUE RUGE CON FUERZA BICENTENARIA
Lima, la ciudad de los Reyes, vuelve a latir con fuerza y pasión en el corazón del Rímac. La Feria del Señor de los Milagros 2025 se perfila como una de las ediciones más trascendentales de su historia, no solo por la categoría de sus carteles y la calidad de sus protagonistas, sino por el valor simbólico de un acontecimiento que honra los 200 años de la Plaza de Toros de Acho, el coliseo taurino más antiguo de América y uno de los más emblemáticos del mundo.
La noche del lanzamiento oficial, en el distinguido salón del Country Club Lima Hotel, fue un claro testimonio de que el alma taurina limeña sigue viva y vibrante. La presentación de los carteles estuvo cargada de simbolismo, gestos de identidad cultural y decisiones institucionales que evidencian el compromiso de diversos sectores con la preservación y puesta en valor de la tauromaquia peruana.
Tito Fernández, representante de la empresa organizadora, expuso con entusiasmo y solvencia el serial completo: dos novilladas y cuatro corridas de toros que no solo reúnen a un cartel de figuras internacionales de máximo relieve, sino que dibujan un guion artístico de altísima exigencia para la afición. La feria será coronada con un gesto histórico: la encerrona en solitario de Andrés Roca Rey con seis toros, con motivo de sus diez años de alternativa, un acto de entrega total del ídolo peruano hacia su gente y su tierra.
Este gesto es más que un reto torero: es una declaración de identidad nacional, una consagración simbólica del héroe moderno de la tauromaquia peruana. En este contexto, el alcalde del Rímac, Néstor de la Rosa, propuso un acto que pasará a la historia: el renombramiento del Jirón Hualgayoc como Jirón Andrés Roca Rey, perpetuando así el nombre del diestro en la geografía emocional y urbana del distrito que custodia el templo de Acho.
Por su parte, el Dr. Arturo Rubio, presidente de la Beneficencia Pública de Lima, anunció la remodelación total del Museo Taurino de Acho, proyecto que pondrá en valor uno de los recintos culturales más completos del orbe taurino, con piezas únicas que narran la evolución de la fiesta brava en suelo americano.
Pero más allá de los homenajes, la feria tiene alma propia: una nómina de toreros de alto calibre que garantizan emoción, arte y competencia. Nombres como Morante de la Puebla, en su regreso tras la rotunda Puerta Grande de Las Ventas; Sebastián Castella y Alejandro Talavante, sinónimo de estética y entrega; y el talento de Joaquín Galdós, Fernando Adrián, David Galván, Morenito de Aranda y Jesús Enrique Colombo, configuran un mosaico de tauromaquia moderna, variada y vibrante.
Los encierros provienen de ganaderías con historia y trapío: San Pedro, Salamanca, Paiján, Domingo Hernández, Núñez del Cuvillo y Camponuevo, entre otras, que pondrán a prueba la técnica, el valor y la inspiración de los actuantes.
Las fechas, desde el 18 de octubre hasta el 2 de noviembre, marcan una peregrinación taurina ineludible. Cada tarde será un capítulo en la crónica de un bicentenario que honra la historia con presente y futuro. La feria no es solo un espectáculo: es una manifestación cultural, una reunión de generaciones, una escuela viva de valores como el arte, el sacrificio, la disciplina y la entrega.
En un mundo que tiende a borrar lo tradicional, Acho resiste y brilla como símbolo de la tauromaquia americana. La Feria del Señor de los Milagros 2025 no es un evento más: es una cita con la memoria, la identidad y el alma taurina del Perú. Un canto a la libertad del arte, a la diversidad de la emoción y a la belleza ancestral de un rito que, a pesar de los tiempos, sigue despertando pasiones auténticas y profundas.
La convocatoria ya está hecha. La historia está por escribirse. Y Lima, con su plaza de oro, está lista para rugir.
