Bilbao: Tarde de la Emoción, Temple y la Entrega

Bilbao: Tarde de la Emoción, Temple y la Entrega

21.08.2025  03:09 p.m.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora

La corrida de Victoriano del Río en Vista Alegre dejó una tarde vibrante, donde Roca Rey firmó la obra cumbre con dos orejas y vuelta al ruedo para su bravo quinto toro, mientras Pablo Aguado aportó elegancia y sensibilidad, y Juan Ortega no terminó de encontrarse. El público de Bilbao vivió un festejo pleno de emoción, entrega y contrastes.

Arbeláez - Colombia. En Bilbao, en el coso solemne de Vista Alegre, se vivió este día una de esas corridas que permanecen en la memoria colectiva por la intensidad de los pasajes, la diversidad de estilos y la bravura desigual de los toros de Victoriano del Río. Una tarde que, desde su inicio hasta el último aviso, transitó entre la expectación, la entrega y la exigencia que caracteriza a la afición bilbaína.

Los tendidos, con más de tres cuartos de entrada, latieron con la seriedad de una plaza que sabe calibrar el toreo en su justa dimensión. La corrida, variada en juego y presencia, permitió medir las capacidades y la personalidad de los tres espadas, quienes dejaron pasajes de distinto signo, pero siempre bajo la impronta de la verdad y la emoción.

JUAN ORTEGA: VOLUNTAD Y DESAZÓN

Abrió plaza Juan Ortega con un toro serio y armado que, pronto, protestó en varas y se desentendió de la lidia. Ortega, con su reconocida suavidad, trató de pulsearlo y darle ritmo a un animal noble, pero con tendencia a salir suelto. Hubo muletazos de gran factura aislada, sobre todo con la izquierda, pero sin continuidad. La espada no le acompañó y tras varios pinchazos dejó una estocada defectuosa. Silencio respetuoso.

En el cuarto, toro exigente y con poder en varas, Ortega nunca terminó de confiarse. El astado esperaba en banderillas y se defendía en la muleta. El torero sevillano abrevió, sin opciones de lucimiento, y dejó una estocada baja. El respetable no perdonó: bronca.

ROCA REY: UN HURACÁN DE PODER Y ENTREGA

El peruano, máxima figura del escalafón, fue quien encendió Bilbao con dos faenas de mando y carisma. Al segundo, un toro fino y bravo, lo saludó con tanteos de capote y pronto lo sometió por abajo en series mandonas con la derecha. La música acompañó tandas ligadas y profundas, tanto con la diestra como al natural. Hubo mando, temple y poder. Cerró con bernardinas ajustadas, de escalofrío, y una estocada de órdago. La plaza se volcó pidiendo con fuerza las dos orejas, pero la presidencia concedió solo una, pese al clamor. Ovación para el toro en el arrastre.

El quinto fue la apoteosis. Roca Rey, con la decisión de los elegidos, se fue a portagayola y fue arrollado en el recibo sin atender el toro al toque. Volvió a ponerse de rodillas para ejecutar una larga cambiada en el tercio, levantando la primera gran ovación. Brindó al público, pese a cojear de un pisotón, y en los medios cuajó un inicio vibrante con pases cambiados de rodillas que pusieron la plaza boca abajo. Ya de pie, bordó tandas por ambos pitones de enorme ligazón y entrega. El toro, bravo y alegre, acompañó con codicia. Al natural, la emoción se desbordó con series de un palmo de terreno, provocando la intensidad máxima. Tras dos tandas finales, rubricó con una gran estocada. Dos orejas rotundas y vuelta al ruedo para el bravo ejemplar de Victoriano del Río. Bilbao se rindió al torero peruano.

PABLO AGUADO: SUTILEZA Y SENSIBILIDAD SIN PREMIO

El sevillano Pablo Aguado dejó destellos de un toreo exquisito y sensible, que Bilbao supo valorar, aunque los toros no terminaran de acompañar. Con el tercero, noble, pero sin humillar, brilló en un inicio torerísimo y lleno de gracia andaluza. La faena fue de gusto, con muletazos al natural a cámara lenta, detalles creativos como un kikirikí y la expresión de un toreo templado, de seda. Tras una buena estocada, hubo petición mayoritaria de oreja, aunque insuficiente para la presidencia. Vuelta al ruedo con reconocimiento sincero de los tendidos.
En el sexto, un toro que se defendió y se vino a menos, Aguado lo trató con precisión y pulso, siempre por encima de su oponente. Sin embargo, la falta de fuerza del animal condicionó la faena. Pinchazo, estocada corta y descabello fallido, con el toro poniéndose a la defensiva. El aviso sonó y el silencio cerró su actuación.

BALANCE DE LA CORRIDA

La corrida de Victoriano del Río mostró toros serios y variados, con un quinto bravo que se ganó la vuelta al ruedo. La plaza, exigente como pocas, vibró especialmente con el poderío de Roca Rey, que se erigió en el gran triunfador. Aguado, artista y sensible, dejó una faena que supo a premio, y Ortega, sin opciones claras, se marchó en silencio y con bronca.

Ficha del Festejo:

Jueves 21 de agosto, 2025 - Plaza de toros de Vista Alegre, Bilbao - Cuarto festejo de las Corridas Generales de Bilbao 2025. Más de tres cuartos de entrada. Toros de Victoriano del Río, desiguales de juego, con un bravo y encastado quinto premiado con la vuelta al ruedo. Juan Ortega: Silencio y Bronca. Andrés Roca Rey: Oreja con fuerte petición de la segunda tras aviso y Dos orejas. Pablo Aguado: Vuelta al ruedo tras petición y Silencio tras aviso.

  

 

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