Cesar Rincón Vuelve: La Leyenda Cara a Cara con su Destino

Cesar Rincón Vuelve: La Leyenda Cara a Cara con su Destino

09.09.2025  09:38 a.m.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora

César Rincón, el torero colombiano que marcó una era en Las Ventas con cuatro salidas consecutivas por la Puerta Grande en 1991, regresa a los 60 años para cerrar un círculo pendiente. Tras 17 años de ausencia, vuelve a Madrid el 12 de octubre en el festival de Antoñete impulsado por Morante de la Puebla. En entrevista con Zabala de la Serna y Alberto Di Lolli, el maestro revive su historia de sacrificio, miedo, orgullo y resiliencia, afrontando esta cita como un adiós definitivo en la plaza donde se forjó su leyenda.

Arbeláez - Colombia. En la historia del toreo hay nombres que no se borran, faenas que se vuelven eternas y figuras que trascienden más allá de la plaza. César Rincón es uno de esos pocos elegidos. A sus 60 años, tras casi dos décadas de silencio en los ruedos españoles, el maestro colombiano responde a la llamada de Morante de la Puebla para volver al escenario que lo encumbró como mito: la plaza de toros de Las Ventas. No es un regreso cualquiera, es el reencuentro con su destino, la oportunidad de cerrar una página pendiente en la capital del toreo.

EL REGRESO DEL MITO A SU MADRID

La historia de César Rincón es la de un torero que se convirtió en leyenda a fuerza de verdad y de sangre. En 1991, aquel muchacho bogotano que había recogido chatarra en su infancia cruzó el ruedo de Las Ventas para no volver a ser el mismo: cuatro puertas grandes consecutivas, la hazaña que cambió su vida y la del toreo contemporáneo. Hoy, con 60 años recién cumplidos, el “indio de piedra de Bogotá” vuelve a vestirse de corto, ligero de cuerpo y firme de espíritu, dispuesto a despedirse donde siempre debió hacerlo: en Madrid.

En una entrevista íntima con Zabala de la Serna y Alberto Di Lolli, Rincón confiesa que la llamada de Morante de la Puebla lo sacó de su retiro silencioso: «Me dejó sin palabras. Fue un empujón vital. Me ha rejuvenecido». La cita es el próximo 12 de octubre, Día de la Hispanidad, en el festival de Antoñete, aquel padrino que le dio la alternativa y cuyo recuerdo se perpetúa ahora bajo la bandera de Morante.

PREPARACIÓN DE GUERRERO, ALMA DE TORERO

A las siete de la mañana, mientras la mayoría duerme, Rincón camina ligero por la Casa de Campo. El carretón, las tentas en la sierra, el sudor cayendo sobre su tez morena: todo habla de un regreso auténtico, no de una aventura nostálgica. Ha perdido más de diez kilos y, como él mismo reconoce, «el espejo no miente: me decía que me había abandonado». Hoy, la muleta vuelve a tener dueño.

No es un capricho. Es el sacrificio de siempre, el mismo que le permitió levantarse de la hepatitis C, de cornadas, del dolor físico y del vacío que dejó en su alma la prohibición de los toros en Colombia. «Pasé por una depresión muy grande. Nos arrancaron parte de nuestro ser. Lloré, golpeaba las paredes. La tauromaquia nos vertebra culturalmente», recuerda con voz quebrada.

EL MIEDO, LA EXIGENCIA Y LA VERDAD

Pocos toreros hablan del miedo con la franqueza con que lo hace Rincón. «Nos hace falta, nos da vida. Está siempre ahí, en la nuca, jugando con las pulsaciones». Y lo agradece, como agradece la exigencia de la plaza de Madrid, que jamás regala nada: «Prefiero que me exijan a que me traten como a un pobrecito».

Su regreso no es una reaparición, insiste. Es un festival, un homenaje, un círculo que se cierra. Pero en cada palabra asoma la ambición intacta: «Uno se prepara para abrir la Puerta Grande. Sería la octava. Y yo, el hombre más feliz del mundo».

LA CITA CON LA HISTORIA

El 12 de octubre, Las Ventas rugirá con 46.000 gargantas, muchas de ellas jóvenes que jamás lo vieron torear y que han heredado el mito por relatos de padres y abuelos. Rincón sabe lo que significa esa tarde: no sólo el homenaje a Antoñete ni la generosidad de Morante, sino la oportunidad de que sus propios hijos lo vean vestir el alma de torero.

La tauromaquia, dice, le dio valores que hoy defiende como tesoro: disciplina, sacrificio, resiliencia. Y aunque jura que no se vestirá de luces nunca más, el eco de sus palabras suena a despedida gloriosa: la de un guerrero que siempre volvió a levantarse, que supo vencer al destino y que ahora quiere brindar a Madrid su último pase.

  

 

Contacto

En el Callejón
Finca Buenos Aires
Vereda San Miguel Bajo
Arbeláez - Colombia

(057) 311 5129275

© 2025 Todos los derechos reservados.