29.11.2024 3:40 p.m.
Redacción: Juan pablo Garzón Vásquez
La representación colombiana brilló en el XI Congreso Mundial de Ganaderos de Lidia, celebrado en Aguascalientes, México. Encabezada por el torero y criador José Arcila, junto a reconocidos ganaderos como Miguel Gutiérrez y Mauricio Molina, la delegación destacó por su firme postura en defensa de la tauromaquia frente al auge del animalismo. El evento, marcado por la emotiva despedida de Enrique Ponce, reforzó la unidad entre países taurinos en un momento decisivo para la tradición.
Fusagasugá - Colombia. La tauromaquia mundial vivió un momento histórico durante el XI Congreso Mundial de Ganaderos de Lidia, celebrado en la emblemática ciudad de Aguascalientes, México. Este evento, que tuvo lugar en el marco del 50 aniversario de la Monumental de Aguascalientes, se convirtió en un espacio crucial para reflexionar sobre el futuro de la fiesta brava, enfrentada al desafío de las corrientes animalistas y la desinformación.
La delegación colombiana, encabezada por el torero y ganadero José Arcila y su esposa Gina García, propietaria de la ganadería Campo Real, jugó un papel protagónico en las mesas de trabajo y actividades del congreso. También estuvieron presentes figuras destacadas como el Dr. Miguel Gutiérrez, acompañado de su esposa Luz María, y el ganadero Mauricio Molina, asesor taurino en la plaza de toros de Manizales. Su participación reafirmó el compromiso de Colombia con la defensa de esta tradición centenaria.
En el Teatro Morelos, sede principal del evento, se desarrollaron intensas jornadas de análisis y debate. Ganaderos, toreros, empresarios y aficionados compartieron experiencias, destacando la intervención de figuras como Juan Pedro Domecq, quien hizo un llamado a los toreros para implicarse activamente en la preservación de la fiesta. Por su parte, el maestro Luis Francisco Esplá cerró el encuentro con una conferencia magistral que sintetizó la importancia de la unidad entre los países taurinos frente a los ataques externos.
José Arcila, desde su doble rol como torero y criador, subrayó la necesidad de construir un frente común que incluya a todos los sectores involucrados: matadores, empresarios, subalternos y aficionados. “El futuro de la tauromaquia depende de nuestra capacidad para educar y desmentir los falsos argumentos que utiliza el animalismo,” afirmó Arcila, quien además destacó el papel de Colombia como referente en la crianza de reses bravas y en la organización de ferias emblemáticas como la de Manizales.
El congreso fue también escenario de emotivos momentos, como la despedida del maestro Enrique Ponce en el ruedo de la Monumental, un gesto que resonó profundamente entre los asistentes. La ceremonia de clausura, celebrada en el Palacio de Gobierno de Aguascalientes, estuvo presidida por la gobernadora del estado, quien declaró su firme apoyo a las corridas de toros. “Crecí de la mano de mi padre asistiendo a esta plaza, y siempre defenderé esta tradición que es parte de nuestra identidad,” expresó la mandataria durante la inauguración de la Plaza de los Toreros, que ahora luce una escultura en honor al hidrocálido Joselito Adame.
La presencia de la delegación colombiana en un evento de tal magnitud reafirma su compromiso con la tauromaquia no solo como un espectáculo, sino como una expresión cultural y económica que trasciende fronteras. La unión entre los países taurinos, promovida en este congreso, es un paso esencial para garantizar la continuidad de esta tradición, enfrentada a una "crucial hora" en la que está en juego su supervivencia.