De Reparto: Cuadrillas que Sostienen la Tarde

De Reparto: Cuadrillas que Sostienen la Tarde

27.12.2025  07:07 a.m.

Redacción: Gerardo Márquez Garzón

En la primera corrida de la Feria de Cali 2025, las cuadrillas fueron el andamiaje silencioso pero decisivo de la función: varas bien medidas, bregas oportunas y banderillas colocadas con ortodoxia y verdad marcaron una tarde donde el oficio, la jerarquía y el conocimiento del toro sostuvieron el pulso del espectáculo.

Cali - Colombia. Antes de que la muleta reclame el protagonismo y el foco se pose sobre el matador, la corrida se construye desde los cimientos. Son las cuadrillas las que ordenan el rito, miden al toro, sostienen el pulso de la lidia y garantizan que cada tercio fluya con sentido y rigor. En la primera corrida de la Feria de Cali 2025, su labor no fue un complemento, sino una columna vertebral: hombres de plata y varilargueros que, desde el oficio, el temple y la responsabilidad, dieron estructura, claridad y verdad a una tarde que encontró en ellos un soporte técnico de alto nivel.

LA LABOR DE LAS CUADRILLAS EN LA 1ª DE LA FERIA DE CALI 2025: OFICIO, TEMPLE Y RESPONSABILIDAD

La primera de la Feria Taurina de Cali 2025 dejó claro, una vez más, que el toreo no se explica únicamente desde el tercio final. Antes, mucho antes de que el diestro cite con la muleta, existe un entramado técnico y humano que ordena la lidia, mide las fuerzas del toro y construye las condiciones para que la faena tenga verdad. En esa arquitectura fundamental, las cuadrillas asumieron un rol protagónico, firmando una tarde de trabajo serio, profesional y, en varios pasajes, de alto relieve técnico.

Desde el primer toro, el tercio de varas marcó la pauta. José Borrero ejecutó una buena vara, aguantando con firmeza la embestida y provocando el tumbo, signo inequívoco de compromiso y exposición. No fue una suerte decorativa, sino una vara de castigo real, bien colocada, que permitió calibrar la bravura y fortaleza del astado. En la brega, José Chacón destacó por su capacidad de colocación y lectura del toro, llevando con mando y soltura, siempre en el sitio preciso. El tercio de banderillas encontró solvencia en Alex Benavidez y Héctor Fabio Giraldo, quienes cumplieron con profesionalismo, sin alardes, pero con eficacia y corrección.

El segundo capítulo de la tarde reafirmó la importancia del trabajo colectivo. Edgar Arandia y William Torres se encargaron del tercio de varas, este último dejando una vara dosificada desde la puerta, con inteligencia y sentido de la lidia, entendiendo las condiciones del toro. La brega de José Calvo fue limpia y eficaz, resolviendo terrenos y facilitando el desarrollo del festejo. En banderillas, Carlos Rodríguez se erigió como uno de los nombres propios del día, colocando dos pares de gran exposición y reunión, lo que le valió con justicia el desmonte. Arley Gutiérrez, por su parte, no encontró fortuna en su turno, recordatorio de que el mérito en banderillas muchas veces depende tanto del toro como del banderillero.

El tercer toro fue un tratado de corrección técnica. Luis Viloria realizó una labor en varas justa y en su sitio, sin abusar ni quedarse corto, demostrando conocimiento del castigo y respeto por la embestida. En la brega, Jhon Jairo Suaza mostró pulcritud, temple y colocación exacta, llevando al toro siempre cosido al capote. El tercio de banderillas alcanzó uno de los puntos más altos de la tarde: Emerson Pineda y Iván Darío Giraldo colocaron buenos pares, ceñidos a los cánones ortodoxos, ejecutados con verdad y exposición, lo que les mereció el reconocimiento del público y el desmonte.

En el cuarto, Reinario Bulla dejó una vara discreta pero efectiva, cumpliendo con el cometido fundamental del tercio sin estridencias, pero con eficacia. En banderillas, José Chacón y Héctor Fabio Giraldo volvieron a mostrar buena ejecutoria, aunque sin fortuna plena en la postura, quedando el mérito en la intención y la correcta ejecución más que en el lucimiento final.

El quinto toro permitió ver el oficio y la experiencia de William Torres, quien se sostuvo con firmeza, rindiendo bien la cabalgadura y dejando un puyazo en lo alto, medido y oportuno. La brega de Carlos Rodríguez fue especialmente destacada: oportuna, templada y con sentido del tiempo, aportando claridad a la lidia. En banderillas, José Calvo y Arley Gutiérrez dejaron buenos pares, bien colocados y reunidos, cumpliendo con creces en un tercio siempre exigente.

El cierre de la tarde volvió a subrayar la importancia del conocimiento y la prontitud. Hildelbrando Nieto dejó una vara bien medida, sin excesos, entendiendo las condiciones del toro. La brega de Emerson Pineda fue oportuna y pulcra, resolviendo con solvencia. El tercio de banderillas alcanzó un momento de gran nivel con el par de Jhon Jairo Suaza, ejecutado con exposición y verdad. Iván Darío Giraldo no alcanzó a intervenir, pues la Presidencia, acertadamente, otorgó el cambio de tercio, priorizando el desarrollo ordenado de la lidia.

En conjunto, la labor de las cuadrillas en esta primera de feria fue un ejemplo de responsabilidad, técnica y compromiso con la fiesta. Sin aspavientos innecesarios, pero con profundo conocimiento del toro y del rito, los subalternos sostuvieron la estructura de la corrida, demostrando que el toreo es, ante todo, una obra colectiva donde el oficio y la seriedad son tan determinantes como el arte. Cali 2025 abrió su feria con cuadrillas que honraron su papel y le dieron fundamento a la tarde.

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