12.05.2025 06:16 a.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
El maestro del rejoneo, Diego Ventura, sufre una grave fractura múltiple en el pie izquierdo durante su actuación en Montijo, Portugal. A pesar del duro trance, mantiene firme la mirada en su reaparición en Las Ventas durante San Isidro. Su fortaleza física y mental, su entrega sin reservas y el compromiso con su tauromaquia abren paso a una recuperación que promete ser tan épica como sus más memorables faenas.
Arbeláez - Colombia. Cuando el toreo se funde con el arte ecuestre, nace un lenguaje sin palabras que se expresa con temple, ritmo y riesgo. En ese universo, el nombre de Diego Ventura se escribe con letras de oro por su inquebrantable vocación, su innovación constante y su entrega absoluta a la liturgia del rejoneo. Pero como en toda epopeya, el destino impone pruebas, y esta vez le ha tocado al centauro sevillano librar una batalla fuera de la arena: una dolorosa lesión que pone en vilo su inminente temporada. Sin embargo, donde otros ven límite, Ventura ve desafío. Su historia reciente es una lección viva de coraje, profesionalismo y amor incondicional por la tauromaquia.
DIEGO VENTURA: LA FORTALEZA DE UN CENTAURO MODERNO
En el universo del rejoneo, hay figuras que no solo dominan la escena, sino que la reinventan. Diego Ventura, ícono viviente de la doma torera, ha forjado su carrera sobre la simbiosis perfecta entre arte ecuestre, valor a prueba de cornadas y una entrega incondicional a la verdad del ruedo. Sin embargo, ni el más excelso de los toreros a caballo está exento de la arista cruel del toreo: la lesión.
El pasado domingo, en la arena portuguesa de Montijo, Ventura sufrió un percance que detuvo el pulso de los tendidos. Durante la lidia del cuarto toro, montando al célebre Nómada, uno de los caballos emblema de su cuadra, el rejoneador fue sorprendido por una inesperada pérdida de apoyo que provocó su caída. En cuestión de segundos, la bestia astada lo arrolló, produciendo una fuerte contusión y fracturas en el pie izquierdo.
Lejos de optar por la retirada inmediata, el jinete sevillano, como solo lo hacen los que tienen alma de gladiador, decidió continuar la faena, culminando la lidia con gallardía y precisión. Solo tras saludar la ovación del público y retirarse al callejón, se permitió mostrar el dolor que le embargaba.
PARTE MÉDICO Y DIAGNÓSTICO TÉCNICO
Las pruebas diagnósticas practicadas posteriormente arrojaron un resultado devastador: fractura subcapital de los metatarsianos segundo, tercero y cuarto del pie izquierdo, además de una fractura compleja del quinto metatarsiano, con desplazamiento y un tercer fragmento diafisario. A día de hoy, y debido a la inflamación que persiste en la zona afectada, el equipo médico ha decidido esperar unos días para realizar nuevas radiografías y así determinar si será necesaria una intervención quirúrgica.
Se trata de una lesión altamente limitante para cualquier ser humano, pero aún más para un rejoneador que basa su tauromaquia en la compenetración total con el caballo, en el control absoluto del equilibrio y en la potencia de la batida. Cada centímetro de impulso en el estribo puede definir el acierto de un embroque, la verticalidad del quiebro o la pureza de un par a dos manos.
LA RECUPERACIÓN: CAMINO DE RIGOR, FE Y PASIÓN
La incógnita inmediata es clara: ¿llegará Ventura a tiempo para reaparecer en la catedral del toreo a caballo, la plaza de toros de Las Ventas, donde tiene anunciadas dos comparecencias clave en el abono de San Isidro, los días 17 y 31 de mayo?
Su equipo no ha descartado la posibilidad. Ventura se someterá a un tratamiento intensivo que combina fisioterapia avanzada, inmovilización estratégica y, si fuera necesario, cirugía correctiva. Paralelamente, el rejoneador ha manifestado públicamente su deseo irrenunciable de volver lo antes posible a los ruedos: “Conozco mi cuerpo, pero más aún conozco mi alma. Si tengo que torear con dolor, lo haré”, declaró a su entorno más cercano.
No es la primera vez que Ventura se enfrenta a la adversidad. Su carrera ha sido una constante superación: desde su irrupción como niño prodigio del rejoneo, pasando por batallas artísticas con colosos del género como Pablo Hermoso de Mendoza, hasta su consagración como figura indiscutible en plazas de primera categoría en España, Portugal y América. Cada revés ha sido el prólogo de una nueva conquista, y este momento no parece ser la excepción.
NÓMADA, EL COMPAÑERO INQUEBRANTABLE
Especial mención merece Nómada, el caballo que protagonizó con Ventura la escena del accidente. Afortunadamente, el equino no sufrió daño alguno y permanece bajo observación veterinaria. Este caballo lusitano, de temple privilegiado y una nobleza sin igual, ha sido fundamental en los triunfos recientes del rejoneador. La relación entre jinete y montura en la cuadra Ventura va más allá del adiestramiento técnico: es una comunión espiritual.
UNA AFICIÓN QUE ARROPA Y ESPERA
La respuesta del mundo taurino no se ha hecho esperar. Desde figuras del rejoneo y del toreo a pie, hasta aficionados de ambos lados del Atlántico, todos se han volcado en mensajes de aliento. En redes sociales y foros especializados, la frase “Fuerza Ventura” se ha convertido en tendencia, demostrando que la tauromaquia, aunque en ocasiones herida, sigue siendo una hermandad de valores: esfuerzo, pasión, y sobre todo, respeto por quienes se juegan la vida por el arte.
LA ESPERANZA SE VISTE DE LUCES
No hay fecha exacta para su reaparición, pero si algo ha demostrado Diego Ventura es que está hecho del mismo hierro con el que se forjan las espuelas del toreo. Su mirada está puesta en Madrid. Si el cuerpo responde, si el alma aguanta, como seguramente lo hará, veremos nuevamente al centauro de La Puebla surcando el albero con su toreo vertical, puro, arriesgado y sin trampa. Porque hay dolores que no detienen; hay arte que no se fractura.
