Eauze (Francia): Triunfo de Pureza

Eauze (Francia): Triunfo de Pureza

08.07.2025  09:27 a.m.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora

Emilio de Justo y Yon Lamothe salieron en hombros tras firmar faenas profundas, técnicas y de gran conexión en la corrida de Gallon en Eauze, Francia. Fortes dejó una tauromaquia de finura, pero la espada le negó el triunfo. Una tarde de temple, verdad y entrega que reivindica la tauromaquia más pura.

Arbeláez – Colombia. Una corrida de toros con toreros en plenitud, embestidas de nobleza y una afición entregada en cuerpo y alma. Eauze, en el corazón del suroeste francés, fue este domingo el escenario de una tarde de toros de altos vuelos, de esas que revitalizan la pasión por la Fiesta, de esas que no se olvidan porque su pulso se mide con el compás del temple y la hondura. Bajo un cielo cálido y una plaza rebosante de expectación, Emilio de Justo y Yon Lamothe rubricaron una obra de arte en seis actos, acompañados por un Fortes tan elegante como desafortunado con los aceros. El encierro de Gallon, de embestidas templadas, nobles y de clase, sirvió para el lucimiento de los tres toreros, aunque fue la espada la que terminó decidiendo quién cruzaba el umbral glorioso de la puerta grande.

EMILIO DE JUSTO: MADUREZ, TEMPLE Y UNA SINFONÍA AL NATURAL

Desde el primer minuto, Emilio de Justo mostró la categoría que le ha llevado a la cúspide del escalafón. Su saludo al primero, con larga afarolada y largas a una mano, fue un guiño torero de sabor antiguo, un inicio de faena que ya marcaba diferencias. El toro, enclasado y de calidad, permitió al extremeño desplegar una muleta de seda, compuesta, firme y sincera. Sin embargo, el acero no fue aliado y el premio se esfumó.

La revancha llegó en el cuarto, uno de los toros más completos del encierro. Faena de menos a más, ganando terreno con inteligencia y gusto, construida con cabeza y entregada con el alma. Destacó una última serie al natural de esas que conmueven por su ritmo, largura y compás, auténtico toreo de salón sobre la arena gascona. Manoletinas finales con sello propio y una estocada rotunda que le valieron las dos orejas que pesaron como una declaración de poder y arte.

YON LAMOTHE: EL VALOR SERENO DE LA NUEVA FRANCIA TAURINA

Yon Lamothe demostró por qué es considerado la gran esperanza del toreo galo. Con un concepto firme, de estructura clásica y fondo moderno, se impuso con autoridad a un tercero encastado que exigía mando y sometimiento. Lo llevó muy toreado, cosido a los vuelos, y culminó con una estocada algo trasera que no restó brillo a la faena ni al trofeo conseguido.

Pero el punto álgido de su tarde llegó en el sexto. Recibió con variedad y autenticidad, ligando capote a la espalda, y comenzó la faena de muleta de rodillas, en los medios, con verdad y temple. A partir de ahí, el dominio fue absoluto: se impuso con suavidad al toro, lo llevó humillado, ligado, con muletazos de trazo limpio y mandón. Aunque falló con el descabello, el público supo valorar su entrega y pidió la oreja con fuerza. Con ella en la mano, acompañó a De Justo por la puerta grande, dejando claro que en Francia hay un torero de proyección internacional.

FORTES: ARMONÍA, VERDAD Y UNA PUERTA QUE SE CERRÓ CON LA ESPADA

El malagueño Fortes firmó una tarde de armonía interior y toreo sin estridencias, hecho desde el alma. Con el segundo, toro noble, pero algo tardo, ofreció un trasteo pausado, relajado, de muletazos templados por ambas manos que levantaron olés sinceros. Una estocada certera le permitió cortar una oreja de ley.

Con el quinto, un animal con menos entrega y recorrido, sorprendió desde el saludo con un inusual pase de pecho a una mano con el capote, un gesto de inspiración torera que preparó al público para otra obra hecha con mimo. Paciente y convencido, buscó el fondo del toro, se metió entre los pitones con gallardía, pero la espada cayó baja y con ella se esfumó la opción de salir a hombros. Aun así, quedó en el ambiente el regusto de un torero de poso, profundidad y autenticidad.

UNA TARDE CON SABOR A TORERÍA Y ESPERANZA

La corrida en Eauze tuvo todos los ingredientes de una gran tarde de toros: toros con clase y exigencia, toreros en plenitud, emociones compartidas, faenas que se quedarán en la retina del buen aficionado y, sobre todo, la reivindicación de una tauromaquia viva, moderna en forma, pero clásica en fondo. Emilio de Justo y Yon Lamothe salieron en hombros no solo por sus trofeos, sino porque ofrecieron verdad, valor, técnica y alma. Fortes, por su parte, dejó la rúbrica de un artista del temple que sigue toreando para los elegidos.

La afición francesa respondió con respeto y pasión, conscientes de que lo vivido en Eauze no es moneda corriente. En un mundo que a menudo olvida el arte lento y sincero, esta corrida fue un suspiro de belleza que aún resuena en la arena. Eauze se vistió de gala, y el toreo respondió con categoría.

  

 

Contacto

En el Callejón
Finca Buenos Aires
Vereda San Miguel Bajo
Arbeláez - Colombia

(057) 311 5129275

© 2024 Todos los derechos reservados.