21.10.2025 03:47 p.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
El diestro extremeño Emilio de Justo, reciente ganador del premio a la Mejor Faena de la Feria Taurina de Salamanca por el indulto del toro Buenasuerte, afronta la temporada 2026 con una cuadrilla renovada y de máximo nivel. Con la incorporación del picador José Antonio Barroso y del banderillero Antonio Chacón, el torero reafirma su compromiso con la excelencia y la humanidad que lo definen tanto dentro como fuera del ruedo.
Arbeláez - Colombia. En el universo del toreo, donde la grandeza se mide tanto en valor como en nobleza, Emilio de Justo continúa consolidándose no solo como una figura indiscutible de la tauromaquia moderna, sino también como un ser humano íntegro, cercano y comprometido con los valores más puros del arte de torear.
El torero de Torrejoncillo ha vuelto a dar un golpe de autoridad y coherencia al anunciar una renovación estratégica de su cuadrilla para la temporada 2026, reforzando la estructura de su equipo con dos hombres de contrastada solvencia y prestigio: José Antonio Barroso Vázquez, uno de los picadores más experimentados y respetados del escalafón, y Antonio Gutiérrez Moreno “Antonio Chacón”, banderillero de temple, oficio y torería.
Este movimiento no solo revela el criterio técnico de Emilio de Justo, sino también su sensibilidad humana: rodearse de profesionales que comparten su visión del toreo como una forma de vida, un compromiso ético y una entrega sin fisuras.
UNA CUADRILLA DE CATEGORÍA
Con estas incorporaciones, el equipo queda conformado por banderilleros de la talla de Abraham Neiro “El Algabeño” y Antonio Chacón, el tercero Pérez Valcarce, y los picadores Juan Bernal y José Antonio Barroso, con Azuquita como mozo de espadas.
Una cuadrilla de lujo, equilibrada entre veteranía y juventud, temple y técnica, capaz de responder a las exigencias de un torero que ha hecho de la pureza su bandera y del respeto al toro su religión.
José Antonio Barroso, natural de Jerez de la Frontera, aporta más de tres décadas de sabiduría en la suerte de varas. Su trayectoria, marcada por su paso por cuadrillas de figuras como José María Manzanares padre e hijo, El Juli o Tomás Rufo, lo convierte en un auténtico referente del castoreño, símbolo de medida, temple y eficacia.
Por su parte, Antonio Chacón, torero sevillano de sentimiento y técnica depurada, es un hombre curtido en todos los terrenos. Tras su paso por el escalafón de novilleros con más de setenta festejos en plazas de primera, encontró en la plata su verdadera vocación, sirviendo a grandes toreros como José Garrido, Daniel Luque, Ginés Marín y Roca Rey, hasta llegar ahora al proyecto de Emilio de Justo, en el que se adivina una comunión de estilos y de principios.
EL PREMIO DE LA EMOCIÓN: SALAMANCA SE RINDE ANTE SU ARTE
A la solidez de su nueva cuadrilla se suma un reconocimiento que lo sitúa, una vez más, en la cumbre: el premio a la “Mejor Faena” de la Feria Taurina de Salamanca, otorgado por unanimidad por el Ayuntamiento de la ciudad.
El jurado, presidido por el alcalde Carlos García Carbayo e integrado por periodistas, críticos y representantes del mundo taurino, destacó la faena apasionada, profunda y emotiva que Emilio de Justo firmó el pasado 14 de septiembre frente al toro Buenasuerte, de la ganadería de Garcigrande, indultado tras una lidia que fue una lección de temple, cadencia y verdad.
El propio jurado subrayó cómo el torero extremeño “toreó a placer, fundido con la bravura y clase del animal, alcanzando una comunión artística de las que se graban en la memoria del aficionado”.
Un reconocimiento que no solo corona una temporada rotunda, sino que reafirma el sello de autenticidad que distingue a Emilio de Justo: un torero que no se disfraza de figura, sino que se gana cada tarde el respeto a base de entrega, humildad y pureza.
El galardón será entregado el próximo 19 de noviembre en el Teatro Liceo de Salamanca, durante la Gala Cultural Taurina, un evento que reunirá a las principales personalidades del mundo del toro. Cabe destacar que el propio toro Buenasuerte ha sido distinguido con el prestigioso premio “Toro de Oro” de la Junta de Castilla y León, completando así una página gloriosa para la historia reciente de la tauromaquia.
MÁS ALLÁ DEL RUEDO: UN HOMBRE DE VALORES
Pero hablar de Emilio de Justo no es solo hablar de un torero de estética clásica y hondura contemporánea. Es hablar de una persona de principios, que ha sabido ganarse el cariño de la afición no solo por su arte, sino por su trato sencillo, su generosidad y su compromiso con las raíces del toreo.
En los pueblos, en los tentaderos, en los gestos silenciosos con sus compañeros o en la mirada agradecida a sus subalternos tras una buena tarde, se refleja la humanidad de un hombre que entiende el toreo como un patrimonio cultural y espiritual, no como un negocio efímero.
Emilio de Justo ha hecho de la palabra respeto su lema: respeto al toro, respeto al público, respeto a la historia. Su forma de andar en el ruedo, serena, sin aspavientos, es reflejo de una vida interior ordenada, donde la gratitud y la disciplina son inseparables de la ambición artística.
En un momento en que el toreo necesita referentes auténticos, su figura se erige como símbolo de verdad y ejemplo humano, capaz de inspirar a jóvenes aspirantes y de reconciliar a la afición con la esencia más pura del arte taurino.
CAMINO AL 2026: EL COMPROMISO CONTINÚA
Con la mirada puesta en una temporada 2026 que promete grandes tardes, Emilio de Justo se prepara con la ilusión intacta y la serenidad de quien sabe que el triunfo no es una meta, sino un camino. Rodeado de una cuadrilla de oro y guiado por su fe en el toreo honesto, el extremeño avanza con paso firme hacia una nueva etapa de plenitud.
Porque ser figura no consiste en llenar plazas, sino en llenar almas, y en eso, Emilio de Justo ya hace tiempo que está consagrado.