02.09.2025 06:46 a.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
El matador colombiano Juan de Castilla habló en exclusiva para “El Clarín” de RTVE – Radio 5, tras la espeluznante cogida sufrida en Bayona. Con tres cornadas graves en el muslo izquierdo, una de ellas a milímetros de órganos vitales, el torero sorprendió al matar a su oponente antes de desplomarse y ahora, desde el hospital, asegura que está motivado y decidido a reaparecer en septiembre en Dax y en Las Ventas.
AUDIO COMPLETO AL FINAL DE LA NOTICIA
Arbeláez - Colombia. La voz de Juan de Castilla llegó entrecortada a los micrófonos de El Clarín, todavía desde la UCI del hospital Belarra de Bayona, pero cargada de entereza. Pocas horas antes había sentido la violencia de los pitones y el filo de la muerte rozando su anatomía, y aun así, su mensaje fue el de un hombre convencido de que el toreo no se mide en cornadas, sino en la capacidad de levantarse y volver. Su relato, sincero y sereno, dibuja el retrato de un torero que, lejos de hundirse en la desgracia, transforma el dolor en impulso y el riesgo en argumento de vida.
UNA CORNADA QUE ROZÓ LA TRAGEDIA
La tarde en Bayona quedará marcada como uno de los capítulos más dramáticos de la temporada. Juan de Castilla, torero colombiano de temple recio y corazón entregado, fue prendido por un toro del hierro de Arauz de Robles en el primer tercio de la corrida. La embestida, seca y certera, le dejó tres cornadas en el muslo izquierdo, una de ellas de entre 25 y 28 centímetros, a escasos milímetros del recto, la arteria femoral y el nervio ciático. La tragedia estuvo a punto de consumarse, pero el destino, junto al temple del espada, quiso otra cosa.
Tras perder abundante sangre y con el pitón aún grabado en la piel, el colombiano fue consciente de inmediato de la magnitud de la cornada: “Sentí el pitón dentro, con mucha extensión. Por eso me fui directamente a la espada, sabía que no iba a aguantar mucho”, relató en la entrevista con El Clarín.
UN GESTO HEROICO EN MEDIO DEL DOLOR
Lo que siguió fue un acto de heroicidad torera. Herido de gravedad, Juan de Castilla se incorporó, tomó los aceros y concluyó la faena, estoqueando al astado antes de dirigirse, tambaleante, a la enfermería. “Claro que duele, y duele muchísimo, admitió, pero para eso entrenamos la mente y el cuerpo. Cuando ocurre, no hay dudas de echar para adelante”.
Este gesto, que aún resuena en los tendidos, reafirma lo que significa el toreo: el sacrificio absoluto, la entrega sin condiciones, la voluntad de sobreponerse al miedo y al dolor por la pureza del rito.
LA LUCHA EN LA ENFERMERÍA Y EL HOSPITAL
En la enfermería, ya sedado y trasladado posteriormente al hospital Belarra de Bayona, el torero pasó a cuidados intensivos. Sorprendentemente, apenas horas después fue trasladado a planta, sin fiebre y con evolución positiva. “La cornada pudo haber sido mucho más delicada. Estuvo a punto de destrozar la femoral o el nervio ciático, pero gracias a Dios no pasó. Tuve mucha suerte”, confesó, con voz aún entrecortada desde el hospital.
Con sondas y bajo estricta observación médica, el matador se aferra a la recuperación con el mismo tesón con el que se juega la vida cada tarde en la arena.
LA MIRADA PUESTA EN SEPTIEMBRE
Apenas repuesto del susto, la mente del colombiano ya apunta a sus próximos compromisos. Si bien deberá renunciar a la corrida de Cuéllar, su obsesión es reaparecer el 13 de septiembre en Dax y el 14 en Madrid, nada menos que en la Monumental de Las Ventas. “Más o menos me tienen que cortar la pierna para no llegar”, dijo entre risas y firmeza.
Para él, estas dos fechas representan no solo una meta, sino un nuevo capítulo en su consolidación como torero de peso en el escalafón español. Madrid lo valora, Dax lo espera, y él no piensa dejar pasar la oportunidad: “Intentaré estar lo mejor preparado, muy concienciado y dispuesto, porque son plazas que exigen estar a la altura”.
Una temporada de consolidación
La campaña 2025 venía siendo un punto de inflexión para el diestro cafetero. Con actuaciones sólidas, un cartel en ascenso y un estilo cada vez más reconocido en la afición española, su nombre ya se pronuncia con respeto en el toreo de altura. La cornada en Vallona, lejos de frenar esa progresión, parece haberla convertido en símbolo de su carácter: un torero que no se detiene ni ante el dolor.
EL TORERO Y LA VIDA
La entrevista con El Clarín deja la imagen de un hombre que, incluso al borde del abismo, mantiene la ilusión intacta por volver al ruedo. Juan de Castilla encarna el espíritu del toreo en su estado más puro: entrega total, mentalización férrea y fe inquebrantable en la superación.
La cornada pudo haber escrito el capítulo final, pero él mismo, espada en mano, se encargó de que fuese solo una pausa en la historia de un torero que sueña con grandeza. Y como él mismo lo resumió: “Estoy motivado e ilusionado con volverme a poner por delante del toro”.
Aquí la entrevista de Rafa García de “El Clarín”, Rtve - Radio 5 a el Matador Colombiano Juan de Castilla