02.09.2025 06:41 a.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
La última de la Feria del Atlántico en Bayona estuvo marcada por la épica de Antonio Ferrera, que volvió al ruedo herido y en vaqueros para lidiar al cuarto, y por la entrega de Manuel Escribano, que paseó una oreja del segundo y dio una vuelta al ruedo tras una gran faena al quinto. Juan Leal cerró con fuerza al cortar dos orejas, una de cada toro de su lote.
Arbeláez - Colombia. La plaza de toros de Bayona fue este domingo escenario de una tarde de toros que quedará en la memoria por su dureza climática y por la entrega sin fisuras de los toreros. Con media entrada en los tendidos, bajo un aguacero incesante y con un ruedo en condiciones casi impracticables, se lidió un encierro de Buenavista, de seria presencia, raza intermitente y juego desigual.
El cartel lo componían Antonio Ferrera, Manuel Escribano y Juan Leal, tres toreros de distinto acento, pero unidos por la verdad de su tauromaquia y la decisión de no rendirse ante la adversidad.
FERRERA: DEL HEROÍSMO AL SACRIFICIO
La tarde comenzó con un gesto de valor. Antonio Ferrera, vestido de verde oliva y oro, se midió al primero de la tarde, un toro serio y playero de cuerna. Bajo un auténtico diluvio, dejó verónicas sueltas y compartió el tercio de banderillas con Manuel Escribano. Con la muleta, se mostró poderoso por el derecho, donde el toro tuvo mejor condición, aunque la falta de clase por el izquierdo limitó la labor. En la suerte suprema, Ferrera fue violentamente volteado al entrar a matar, sufriendo diversas magulladuras que lo llevaron a la enfermería. La oreja, concedida a la entrega, fue el premio a un esfuerzo teñido de sangre.
La épica llegaría en el cuarto capítulo de la corrida. Visiblemente dolorido y sin poder enfundarse de nuevo el traje de luces, Ferrera volvió al ruedo con un pantalón vaquero, en un gesto de compromiso que arrancó la ovación unánime del público. La faena no pudo remontar el vuelo por la falta de fondo del toro, pero la imagen de un torero maltrecho, jugándose la vida vestido de calle, quedó como estampa inolvidable de la Feria.
ESCRIBANO: ENTREGA SIN RESERVAS
Manuel Escribano dejó claro, desde su primer turno, que no se arredra ante nada. En el segundo, de Buenavista, toreó a la verónica con buen trazo, saludando al público en plena tromba de agua. Tras dos varas medidas, cuajó un espectacular tercio de banderillas, con tres pares de exposición y riesgo, incluido uno al quiebro que levantó a los tendidos. Con la muleta, lidió un toro de calidad por el derecho, pero incierto y peligroso al natural, donde hubo que tragarse parones y miradas. El sevillano se impuso con firmeza y, tras una estocada efectiva, paseó una oreja de ley.
Ante el quinto, Escribano volvió a dejar claro su sello. Puso tres pares vibrantes, el último de gran espectacularidad. La faena de muleta fue de menos a más, con dos tandas de naturales de buen trazo en medio de un ruedo destrozado. Había petición mayoritaria de oreja, pero la estocada baja condicionó el fallo presidencial, quedando en vuelta al ruedo con fuerza.
JUAN LEAL: RAZA Y CONEXIÓN CON SU PÚBLICO
El galo Juan Leal fue el que mejor aprovechó la transmisión de su lote. Con el tercero, tras la breve pausa en la lidia para acondicionar el ruedo, inició la faena de rodillas, con cambiados por la espalda que encendieron a la afición. El toro respondió con raza, y Leal, por el derecho, hilvanó series de ligazón y mando que calaron en los tendidos. La espada, defectuosa en su primer intento y caída en el segundo, no empañó el premio de una oreja a la entrega.
Con el sexto, bajo el mismo aguacero que azotó toda la tarde, Leal volvió a mostrar arrestos. No brilló con el capote, pero con la muleta ligó pasajes templados por el derecho, cerrando su labor con cercanías y exposición. El público reconoció su firmeza y volvió a cortar una oreja, completando así su salida triunfal a hombros por la puerta grande.
EPÍLOGO DE LA FERIA DEL ATLÁNTICO
La última de la Feria del Atlántico 2025 en Bayona se recordará por la conjunción de tormenta, épica y valor. Ferrera, símbolo del sacrificio, dio una lección de dignidad torera al volver herido y en vaqueros al ruedo. Escribano mostró la fortaleza de un gladiador, capaz de sobreponerse al diluvio con entrega total. Y Leal, el torero de la casa, ratificó que en Bayona se siente arropado y querido, cuajando una tarde de conexión plena con su afición.
En el ruedo quedó la verdad de la tauromaquia: la entrega sin reservas de quienes, aun bajo el aguacero y el dolor, deciden jugarse la vida por mantener viva la emoción del toreo.
Ficha del Festejo
Plaza de toros de Bayona (Francia) - Corrida de toros - Última de la Feria del Atlántico 2025 - Toros de Buenavista, de seria presencia y juego desigual. Antonio Ferrera (Terno verde oliva y oro): Oreja y Ovación tras dos avisos. Manuel Escribano (Terno gris plomo y oro): Oreja y Vuelta tras aviso. Juan Leal (Terno blanco y oro): Oreja y Oreja.