18.08.2025 10:30 a.m.
Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez
El torero colombiano Juan de Castilla firmó una actuación rotunda en la Feria de Almorox (Toledo), abriendo la Puerta Grande tras cortar una oreja a cada uno de sus toros de Ojailén en una tarde de valor, entrega y temple.
Arbeláez – Colombia. La tarde en Almorox tenía todos los ingredientes de una cita de expectación: ambiente de casi lleno, un cartel de prestigio y la siempre enigmática presencia del toro. Pero fue el colombiano Juan de Castilla quien se erigió en el gran protagonista, rubricando con su salida a hombros un triunfo cargado de verdad, madurez y compromiso con la profesión.
Desde el paseíllo, se notó en el rostro del antioqueño esa expresión de quien viene dispuesto a darlo todo. No tardó en demostrarlo. Con su primer toro, tercero de la tarde, un ejemplar de Ojailén que mostró movilidad, pero sin terminar de romper, el colombiano cimentó una faena seria y maciza, entendiendo los escasos recursos del animal y multiplicándolos con su firmeza de planta. Los derechazos tuvieron mando y profundidad, acompañados de una actitud que contagió a los tendidos. Una estocada certera redondeó la labor y la oreja fue concedida sin titubeos.
Lo mejor, sin embargo, llegaría con el sexto. A ese toro lo fue fraguando desde los primeros compases con aplomo y claridad de ideas. Juan de Castilla le puso todo lo que el animal no tenía: temple, mando, exposición y entrega. Destacó por el pitón derecho, donde se recreó en muletazos largos, sentidos, en los que se vio la madurez del colombiano y esa ambición por abrirse paso en los ruedos españoles. El remate fue a la altura de la obra: una estocada de manual, que puso en pie a los aficionados y rubricó otra oreja que, en balance, significaba la Puerta Grande de Almorox para el torero de Medellín.
A su lado, El Cid volvió a dar muestras de su magisterio. Abrió la tarde con una faena de dominio y suavidad frente a un toro noble y colaborador de Ojailén. Su toreo al natural, lleno de reposo y saber estar, fue premiado con una oreja. En el cuarto, el sevillano volvió a dejar constancia de su poso, pero el acero le privó de mayor premio y todo quedó en una ovación de respeto.
Por su parte, Román puso la raza y el coraje. Con el segundo de la tarde, poco pudo hacer debido a los problemas motrices del toro, quedando su esfuerzo en silencio. No obstante, con el quinto, un animal con movilidad desordenada, el valenciano se echó la tarde a la espalda, cuajando una faena de gran intensidad y exposición. El público valoró su entrega, aunque el fallo con la espada le cerró las puertas del triunfo. Fue ovacionado tras aviso.
El balance de la tarde dejó clara una conclusión: Juan de Castilla se ha ganado a pulso un lugar en la temporada española. Su paso por Almorox no fue uno más, sino un aldabonazo de madurez torera, confirmando que lo suyo no es casualidad sino consecuencia de la constancia, la entrega y la fe en su tauromaquia. La Puerta Grande que cruzó no es solo la de una plaza toledana, sino la de un futuro esperanzador en el toreo.
Ficha del Festejo
Domingo 17 de agosto, 2025 - Almorox (Toledo) - Ganadería Toros de Ojailén, de presentación y juego desigual. Manuel Jesús “El Cid”: Oreja y Ovación. Román: Silencio y Ovación tras aviso. Juan de Castilla: Oreja y Oreja.
