20.07.2025 05:00 p.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
La Línea de la Concepción vivió una tarde histórica con la gran corrida de Victorino Martín. Toros bravos, cinco aplaudidos en el arrastre y uno premiado con la vuelta al ruedo. Emilio de Justo y David Galván ofrecieron una lección de tauromaquia total, en una tarde cargada de emoción, verdad y arte. Presencia colombiana con (Hernán Ocampo Villa) Guerrita Chico como asesor y Alex Benavidez como hombre de plata de buen nivel.
Arbeláez - Colombia. En un domingo que ya se escribe con letras mayúsculas en los anales de la tauromaquia contemporánea, la plaza de toros de La Línea fue testigo de una de esas tardes que reconcilian la emoción con la estética, la épica con la verdad y el toreo con el alma. Se lidiaron seis toros de Victorino Martín, en una corrida mano a mano entre Emilio de Justo y David Galván, que dejó una impronta indeleble por la bravura de los astados, la entrega total de los espadas y la elevada expresión artística de la lidia.
En un marco de expectación y respeto, con el público volcado y entendido, los toros de la legendaria ganadería de Victorino Martín, con el hierro de la A coronada, fueron protagonistas absolutos. Una corrida bien presentada de salida, que mostró heterogeneidad en comportamiento, pero una riqueza infinita de matices del toro bravo, desde la nobleza encastada hasta la exigencia del carácter fiero. Cinco toros fueron aplaudidos en el arrastre, y el cuarto, “Bohonero”, fue justamente premiado con la vuelta al ruedo. Cada ejemplar planteó su propio reto, su propia historia de bravura y su particular diálogo con los matadores.
LOS VICTORINOS: SEIS LECCIONES DE BRAVURA Y COMPLEJIDAD
“Boliviano”, primero de la tarde, abrió plaza con un comportamiento encastado, pronto, obediente y noble, dejando ver el sello Victorino en plenitud: movilidad con clase. Fue el prólogo perfecto, dejando claro que el toro que embiste puede ser tan protagonista como el que exige.
“Bombonero”, segundo, fue un toro con clase y nobleza, aunque justo de fuerzas y abanto de salida. Exigió conocimientos y decisión para llevarlo por los caminos de la verdad.
“Cobrador”, el tercero, mostró un fondo fiero, bravo, muy exigente, empujando bien en varas, sin humillar constantemente y dejando ver su complejidad. Tuvo un aire inquieto, con intenciones nada fáciles, y sólo la inteligencia y el aguante lo tradujeron en faena.
“Bohonero”, cuarto, fue el toro de la tarde. Humillador, enclasado, fijo y entregado. Bravura con temple. La plaza se volcó con él y el palco acertó al premiarlo con la vuelta al ruedo, un honor ganado en cada embestida.
“Vencido”, el quinto, fue un toro repetidor, humillador y con transmisión, pero también con dificultades al final de cada muletazo, sobre todo por el pitón izquierdo. Su carácter complejo puso a prueba la técnica y el valor.
“Platillero”, sexto, tuvo un arranque incierto, fue el único en ir dos veces al caballo, y se fue creciendo en la lidia hasta entregarse con nobleza por el pitón izquierdo, terminando por regalar embestidas de calidad tras un inicio desordenado.
EMILIO DE JUSTO: CLASICISMO Y TEMPLE EN ESTADO PURO
Vestido de negro y oro, Emilio de Justo mostró por qué es un torero de época. Su actuación fue una sinfonía de torería, inteligencia, valor y temple, con una naturalidad desgarradora y una estética depurada que hizo disfrutar a los aficionados más exigentes.
Con “Boliviano”, abrió los caminos de una faena clásica, de mano baja, con muletazos naturales plenos de ritmo, ligazón y profundidad. La estocada fue una lección de ortodoxia. Dos orejas sin discusión.
En el tercero, “Cobrador”, exhibió capacidad lidiadora ante un toro que no regalaba nada. Faena para aficionados, donde aguantó, condujo y se jugó el tipo sin alharacas. Una faena recia, de poder y verdad. La estocada, aunque algo desprendida, fue eficaz. Oreja de peso.
En el quinto, “Vencido”, volvió a mostrar la dimensión de un torero maduro. Faena templada, con gusto y estructura, donde el pulso fue clave. Supo sostener al toro y transmitir su concepto puro. Gran estocada y dos orejas más, rubricando una tarde cumbre.
DAVID GALVÁN: INSPIRACIÓN, VALOR Y UNA EXPLOSIÓN DE TORERÍA
Vestido de azul azafata y oro, David Galván firmó su consagración definitiva ante la afición gaditana. Mostró un valor seco, sereno, y una expresión artística elevada, cargada de inspiración y conexión emocional.
A “Bombonero” lo recibió con capa variada y remates finos. En la muleta, pese a una tremenda paliza al perder la cara del toro, se rehízo y cuajó una faena valiente, sincera y muy pura, sobre todo al natural. Oreja con fuerza.
Pero fue con “Bohonero” donde alcanzó el clímax. Una faena que rozó lo sublime. Templado, vertical, con profundidad y remates hondos. Faena redonda, con series de alto contenido emocional y técnico. El público vibró con él. Pinchazo y estocada que no impidieron el rabo junto a las dos orejas.
En el cierre, “Platillero”, mostró raza y recursos. Faena con estructura, verdad y estética. Remató con una media estocada y dos golpes de verduguillo. Otra oreja, que redondeó su salida a hombros junto a De Justo.
COLOMBIA PRESENTE EN EL ARTE
La tarde tuvo también el sello colombiano, en un brillante plano de asesoría y entrega profesional. El matador (Hernán Ocampo Villa) Guerrita Chico fue el asesor artístico de Emilio de Justo, y su experiencia se notó en la lectura de los toros y el planteamiento de las faenas. Por su parte, el subalterno colombiano Alex Benavidez, integrado en la cuadrilla de De Justo, brilló como hombre de plata, destacando con solvencia en los tercios de banderillas y lidia.
UNA TARDE PARA LA HISTORIA
En total: 7 orejas y un rabo, un toro premiado con la vuelta al ruedo, y una afición en pie para agradecer una tarde de toros de las que alimentan la memoria. Una corrida de Victorino Martín que recuperó la emoción de la bravura con toros de verdad, y dos toreros entregados, capaces de conjugar técnica, arte y corazón.
Emilio de Justo y David Galván dieron una lección de tauromaquia completa, demostrando que el toreo, cuando se hace con verdad, puede ser arte mayor. Y La Línea de la Concepción fue el escenario perfecto para esta sinfonía de bravura.
Ficha del Festejo:
Domingo 20 de julio, 2025 – Plaza de Toros “El Arenal” – La Línea de la Concepción – Corrida de Toros – Toros de la ganadería Victorino Martín bien presentados al individual, dispar en conjunto, expresó todos los matices del bravo, algunos muy exigentes, otros con dificultades, cinco aplaudidos en el arrastre y el tercero de lidia ordinaria premiado con la vuelta al ruedo. Emilio de Justo: Dos orejas, Oreja y Dos orejas. Davis Galván: Oreja, Dos orejas y rabo y Oreja. Incidencias: Correcta y profesional presentación de las cuadrillas.