26.05.2025 05:41 a.m.
Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez
Durante el fin de semana del 23 al 25 de mayo de 2025, la Plaza de Toros de Las Ventas en Madrid se erigió como el corazón palpitante de la tauromaquia mundial. En el marco de la Feria de San Isidro, el coso madrileño acogió a miles de aficionados que, con fervor y expectación, presenciaron una serie de festejos que quedarán grabados en la memoria colectiva por su intensidad, entrega y, sobre todo, por la magia que solo el toreo puede ofrecer.
Ubaté - Colombia. Durante el fin de semana del 23 al 25 de mayo de 2025, la Plaza de Toros de Las Ventas en Madrid se erigió como el corazón palpitante de la tauromaquia mundial. En el marco de la Feria de San Isidro, el coso madrileño acogió a miles de aficionados que, con fervor y expectación, presenciaron una serie de festejos que quedarán grabados en la memoria colectiva por su intensidad, entrega y, sobre todo, por la magia que solo el toreo puede ofrecer.
VIERNES 23 DE MAYO: LA TRAGICOMEDIA DEL TOREO
La jornada del viernes estuvo marcada por la actuación destacada de Tomás Rufo, quien, ante un bravo ejemplar de Victoriano del Río, bordó una faena que rozó la perfección. El toro, de nombre "Alabardero", ofreció embestidas profundas y humilladas, permitiendo a Rufo desplegar un toreo de mano baja y temple exquisito. Sin embargo, la espada le jugó una mala pasada, y tras dos pinchazos, la ansiada puerta grande se desvaneció, dejando al torero con lágrimas sinceras y al público con una ovación atronadora.
Emilio de Justo, por su parte, demostró su maestría ante un cuarto toro exigente, logrando una faena de gran calado que le valió una oreja merecida. Roca Rey, aunque se enfrentó a un lote deslucido, mostró su habitual entrega y profesionalismo, manteniendo el interés del público en todo momento.
SÁBADO 24 DE MAYO: AGUADO Y LA FE
El sábado, la corrida de Juan Pedro Domecq no estuvo a la altura de las expectativas, presentando toros faltos de casta y fuerza. No obstante, Pablo Aguado rescató la tarde con una faena al sexto toro, un remiendo de Torrealta, que devolvió la fe a los aficionados. Con una muleta templada y una estocada de libro, Aguado consiguió una oreja que supo a gloria, recordando a todos que el toreo es, ante todo, arte y pasión.
Juan Ortega, aunque mostró destellos de su elegancia habitual, no logró conectar plenamente con el público debido a las limitaciones de su lote.
DOMINGO 25 DE MAYO: EL CARISMA DE ROMÁN
El domingo, la corrida de Fuente Ymbro presentó toros de variada presentación y comportamiento. Román, con su entrega y carisma, se erigió como el protagonista de la tarde. Ante un quinto toro exigente, el valenciano realizó una faena valiente y sincera, siendo volteado de manera aparatosa, pero sin consecuencias graves. Su esfuerzo fue recompensado con una oreja de peso, ganada a pulso y con autenticidad.
Diego San Román, en su confirmación de alternativa, dejó una grata impresión, enfrentándose con valentía a un lote complicado y demostrando que tiene un futuro prometedor en la plaza más exigente del mundo.
UNA AFLUENCIA MASIVA Y ENTUSIASTA
A lo largo de estos tres días, Las Ventas registró una afluencia masiva de público, con entradas agotadas y un ambiente electrizante en cada festejo. La pasión de los aficionados, combinada con la entrega de los toreros, convirtió a la plaza en un hervidero de emociones, reafirmando su estatus como el templo del toreo.
LA CONCLUSIÓN
El fin de semana del 23 al 25 de mayo de 2025 en Las Ventas fue un compendio de emociones, arte y pasión. A pesar de las adversidades y las desigualdades en la presentación de los toros, la entrega de los toreros y la respuesta del público demostraron que la tauromaquia sigue viva y vibrante. La magia del toreo, el rigor de los profesionales y la multitud entusiasta se unieron para escribir una página memorable en la historia de la Feria de San Isidro.
