22.09.2025 07:10 p.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
César Rincón, leyenda del toreo colombiano, volverá a Las Ventas el 12 de octubre en un festival homenaje a Antoñete. El maestro descartó una reaparición profesional, subrayando que esta tarde tiene un carácter simbólico y familiar, pues será la primera vez que sus hijos lo vean torear. En plena crisis de la tauromaquia en Colombia, Rincón elige Madrid, la plaza que lo consagró, para un reencuentro histórico cargado de emoción y significado.
Arbeláez - Colombia. El anuncio de César Rincón ha corrido como un reguero de pólvora en el planeta taurino. No se trata de un regreso cualquiera, ni de un gesto testimonial, sino de un acontecimiento que toca la fibra más sensible de la afición: el reencuentro de una leyenda con la plaza que lo elevó a los altares del toreo. Madrid, que tantas veces lo vio triunfar por la vía grande, volverá a recibir al maestro colombiano en un festival con tintes de homenaje y eternidad.
LO SIGNIFICANTE PARA CÉSAR RINCÓN ESTAR EN LAS VENTAS EL PRÓXIMO 12 DE OCTUBRE
El nombre de César Rincón se asocia inevitablemente a Las Ventas, a aquellas tardes de Puerta Grande en los noventa que forjaron su condición de figura mundial y abrieron el camino para el toreo colombiano en la primera línea de la tauromaquia. Por ello, su retorno puntual a la arena venteña no es una decisión improvisada, sino un gesto profundamente simbólico que encierra múltiples capas de significado personal, familiar y taurino.
Durante su reciente intervención en El Séptimo Toro, espacio de Radio Intereconomía que se ha consolidado como tribuna de referencia para la fiesta, el espada dejó claro que no hay intención de reaparición profesional. “No, no, para nada me planteo eso. Vuelvo para el festival, y ya está”, sentenció con rotundidad. Palabras que desactivan especulaciones sobre una vuelta a la regularidad en los carteles, y subrayan el carácter excepcional de esta cita.
El contexto añade aún más peso al acontecimiento. La tauromaquia en Colombia atraviesa una situación crítica tras la prohibición de las corridas decretada por el gobierno de Gustavo Petro y avalada por la Corte Constitucional. En ese escenario, Rincón descarta cualquier gesto de regreso en Manizales, su plaza fetiche en suelo natal, y decide centrar su ilusión en Madrid, la plaza que lo consagró. Una manera de reafirmar que su historia taurina está indisolublemente unida a la capital española.
Pero el elemento más íntimo y conmovedor de esta comparecencia en Las Ventas es la presencia de su familia. “Me hace especial ilusión torear delante de mis hijos”, confesó el maestro. “Ellos nunca me han visto, y esa es una ilusión muy grande, sin duda uno de los motivos de esta reaparición puntual”. En esas palabras se advierte la transformación del torero veterano: ya no se trata de conquistar al público o de escribir nuevas páginas de gloria, sino de legar a sus seres más cercanos la experiencia directa de verlo en su verdad, en el ruedo, donde su vida alcanzó su plenitud.
En lo técnico, todo está aún por definir. El propio Rincón admitió que la elección del toro está en manos de su apoderado, Luisma Lozano: “De momento no se ha decidido nada. De eso se encarga él, quien lo está gestionando todo”. Un detalle que confirma la seriedad con la que se está preparando la tarde y la responsabilidad que implica estar anunciado en la primera plaza del mundo, incluso tratándose de un festival.
La tarde del 12 de octubre, pues, se presenta como un acontecimiento doble: homenaje a Antoñete y, al mismo tiempo, un reencuentro histórico entre César Rincón y la afición madrileña. Será una celebración de la memoria, un acto de gratitud y una oportunidad única de ver al colombiano en el escenario donde alcanzó la categoría de mito. Un brindis a la eternidad taurina, porque hay nombres que, al sonar en Madrid, evocan lo mejor de la historia de la fiesta. Y el de César Rincón es, sin duda, uno de ellos.