04.05.2015 12:23
Redacción: Barquerito - Cronicatoro.com - Web Aliada
Desaprovechado en su confirmación de alternativa por Leonardo San Sebastián. Otro buen toro, un sexto berrendo, hiere de gravedad al confirmante. Corrida rara y desigual
Madrid - España. En la corrida de Carriquiri hubo dos toros de buen aire y buena nota. Un primero chorreado en verdugo de suavidad y nobleza nada comunes, y, por tanto, fijeza y calidad. Cualidades raras de ver juntas incluso en el encaste Núñez-Rincón, la línea de los actuales carriquiris. El toro no quiso caballo y, a cambio, no tuvo ni una sola embestida que no fuera humillada y templada. Y el famoso “tranco de más” -Pablo Lozano dixit- del toro puro de sangre Rincón.
En documentos gráficos de sus “Tierras Taurinas” ha recogido André Viard imágenes del toro de Rincón de hace un siglo y, admirablemente, este primer toro de Carriquiri parecía en estampa el calco de un original de 1920. Misterios del tiempo. No es fácil pensar, sin embargo, que en un toro de entonces, y con un año o dos más que este de ahora, pudieran darse tanta bondad ni tanto compás. Jaboncillo se llamaba ese primero, con el que confirmó la alternativa un desconocido Leonardo San Sebastián, 36 años, bien plantado, que en sus lejanos días de novillero se anunció como Leonardo Polo. Alternativa de 2006, en Moral de Calatrava, Ciudad Real. Cierta soltura, ningún asiento, no mal manejo de engaños. Todo dudas y renuncios. Un despilfarro de toro.
El otro toro de categoría fue el sexto. Un ejemplar de pinta exótica. Berrendo aparejado en colorado, rabicano como todos los de esa pinta, calcetero, careto. Un punto ensilladito, palas y pitones pálidos. Frenado en principio, se blandeó y mugió en dos puyazos y, como buen núñez, vino a la muleta con prontitud, alegre. De nuevo el tranco de más. En cromática versión. No tuvo asiento el trasteo de Leonardo. Sí voluntad. Alguna protesta. Cuando cobraban cuerpo los reproches, un infortunio: el torero salió trompicado, cayó inerme en la cara del toro y resultó volteado y corneado en el suelo. No pudo ni incorporarse. Iba herido de gravedad en el muslo. La tercera cornada de esta miniferia de mayo en las Ventas donde tantos toros y novillos han embestido. Cada uno de una manera.
Solo que los otros cuatro carriquiris no entraron en el cupo de honor. El toro de la devolución de trastos –de Leonardo a Curro Díaz-, cinqueño de inmensa culata, sillote, un señor pavo, tuvo bondad pero se aplomó y se acabó resolviendo en medios viajes sin celo antes de pararse. Curro Díaz dibujó alguna pincelada en el arranque de faena. Y cuatro lances de buen encaje. El tercero, abierto de cuerna, el más ofensivo de todos, sacó genio agresivo, agrio y violento, pegó cabezazos, vino a la muleta descompuesto, desparramó la mirada y terminó midiendo con artero instinto. Sergio Aguilar, firme en un saludo de capa a pies juntos, abrió faena a la brava, de largo y sin pruebas, y tragando, pero salió arrollado y volteado brutalmente en solo la tercera reunión. Impasible, sereno el torero del Puente de Vallecas, que no volvió la cara y estuvo pisando sin temblor terreno minado porque el toro apuntaba y se metía por el menor resquicio. Una estocada tendida, tres descabellos. Mucha tensión.
El cuarto, colorado y relleno, recogido de cuerna, y el quinto, brocho, bizco y engatillado, fueron toros dispares entre sí y distintos de los otros cuatro. Formidables las hechuras del quinto, 600 kilos bien puestos. El cuarto se aplomó tanto como el primero de los dos de lote de Curro Díaz, tanto o más, y solo cupo abreviar. Una estocada parabólica, patente Curro Díaz. El toro, sin puntilla. El imponente quinto que, poco armado, lucía trapío de coloso, no fue sencillo. Ágil y revoltoso, sin golpe de riñón, se lanzaba y remataba derrotando. Encogido y reservón a última hora. Impecable firmeza de Sergio Aguilar, empeñado en resolver una papeleta imposible: que el toro, muy pronto, descolgara con esa elasticidad que se supone en el encaste Núñez. Una estocada con vómito.
Ficha de la Corrida
Madrid, 3 may. 3ª de la Feria de la CAM. Menos de un cuarto de plaza. Entoldado. Seis toros de Carriquiri (Antonio y María Briones), de muy diversas trazas, hechuras y condición. De nobleza extraordinaria el primero, toro de mucha calidad. Bueno el sexto. Se aplomaron segundo y cuarto. Con genio un tercero agresivo y listo. El quinto, sin golpe de riñón, pronto pero revoltoso, se acabó encogiendo. Curro Díaz, saludos en los dos. Sergio Aguilar, silencio tras un aviso y saludos. Leonardo San Sebastián, que confirmó la alternativa, silencio y herido grave por el sexto. Incidencia: Cornada en tercio superior, cara posterior del muslo derecho, de dos trayectorias de 25 y 15 cms. Curro Díaz mató el toro de estocada caída.
Parte Médico de Leonardo San Sebastián: "Herida por asta de toro en tercio superior de la cara posterior del muslo derecho con dos trayectorias, una descendente de 25 centímetros que produce destrozos en músculos isquiotibiales y contunde el nervio ciático; y otra ascendente de 15 centímentros que alcanza isquión. Puntazo corrido en tercio medio cara interna del muslo derecho. Contusiones múltiples y costales derechas. Trasladado al Hospital San Francisco de Asís. Pronóstico grave".