19.05.2025 06:32 a.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
El 17 de mayo de 2025, Diego Ventura regresó a la Monumental de Las Ventas tras una seria lesión en el codo sufrida en noviembre de 2024. A pesar de las secuelas físicas, su actuación en la primera corrida de rejones de la Feria de San Isidro fue magistral, destacando con su caballo "Quitasueños" y emocionando al público con su entrega y maestría.
Arbeláez - Colombia. La tarde del sábado 17 de mayo de 2025 en la Monumental de Las Ventas fue testigo de un acontecimiento que quedará grabado en la memoria de los aficionados al rejoneo. Diego Ventura, tras una grave lesión en el codo derecho sufrida en noviembre de 2024 en Guadalajara, México, regresaba al coso madrileño para enfrentarse a un encierro de El Capea y San Pelayo en la primera corrida de rejones de la Feria de San Isidro.
UNA RECUPERACIÓN EJEMPLAR
La fractura trabecular y hemartrosis en el codo derecho que sufrió Ventura no solo lo obligó a interrumpir su temporada americana, sino que también puso en duda su participación en los compromisos europeos de 2025. Sin embargo, gracias a una recuperación intensiva y a su inquebrantable determinación, el rejoneador logró volver a los ruedos en plena forma, enfrentando el exigente calendario de la temporada española con la misma entrega de siempre.
LA FAENA EN LAS VENTAS
En su primer toro, Ventura desplegó una faena de alto nivel. Desde los rejones de castigo con "Guadalquivir" hasta los milimétricos galopes de costado con "Nómada", ejecutó dos quiebros con la grupa en terrenos de tablas que pusieron la plaza en pie. A continuación, montó a "Lío", con quien colocó dos pares de banderillas midiendo hacia atrás la embestida del toro. Cerró con un par sin cabezada con "Bronce", culminando una faena que, de no ser por un pinchazo previo al rejón final y la larga agonía del toro, habría merecido trofeo.
LA NOBLEZA DEL ENCIERRO
El encierro de El Capea y San Pelayo se caracterizó por su extrema docilidad y nobleza, permitiendo a los rejoneadores ejecutar faenas seguras pero carentes de la intensidad habitual. Estos toros, más aptos para exhibiciones que para el toreo emocionante, aseguraron el espectáculo, pero no la autenticidad del arte del rejoneo.
EN CONCLUSIÓN
La actuación de Diego Ventura en Las Ventas no solo reafirma su posición como figura del rejoneo, sino que también demuestra su capacidad para superar la adversidad con maestría y entrega. Su regreso triunfal es un testimonio de su resiliencia y de su inquebrantable espíritu taurino, consolidando su legado en el mundo del toreo a caballo.
