26.08.2025 01:12 p.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
La presentación en Cali del libro “70 años de la Feria de Manizales”, obra de Víctor Diusabá y Rodrigo Urrego, promovida por Astauros, reafirma el papel de los coloquios de esta entidad como epicentro cultural de la tauromaquia en Colombia. La investigación revela la grandeza, la memoria viva y el “duende” que hacen de la plaza de Manizales y su feria un patrimonio taurino sin igual en el país.
Arbeláez - Colombia. Mañana miércoles 27 de agosto de 2025, el salón Tory Castro de la plaza de toros de Cali será el escenario para un acontecimiento de hondo calado cultural y taurino: la presentación del libro “70 años de la Feria de Manizales”, un volumen monumental escrito por los periodistas y cronistas taurinos Víctor Diusabá y Rodrigo Urrego, promovido y respaldado por Astauros, asociación que ha sabido convertir sus coloquios en auténticos foros de pensamiento, memoria y reflexión sobre la fiesta brava.
El acto contará con un invitado de excepción, el maestro Enrique Calvo «El Cali», figura de la tauromaquia y voz autorizada en la defensa y difusión de la cultura taurina, cuya sola presencia otorga a la cita un halo de magisterio y solemnidad. La presentación estará a cargo de uno de los autores, Víctor Diusabá, periodista que ha hecho de la escritura taurina un ejercicio de precisión histórica y de compromiso con la fiesta.
ASTAUROS Y LA RIQUEZA CULTURAL DE SUS COLOQUIOS
En este contexto, los coloquios organizados por Astauros se consolidan como un punto neurálgico en el que se entrelazan las voces de críticos, aficionados, matadores, ganaderos y escritores, dando forma a un patrimonio oral y escrito de la tauromaquia colombiana. Estos espacios no son simples tertulias: son auténticos talleres de memoria, donde la palabra se convierte en arena, la crítica en muleta y la historia en espada.
La presentación del libro en Cali es un reflejo de esa vocación: dar al aficionado una obra que no solo recoge anécdotas, sino que reconstruye, con rigor casi arqueológico, setenta años de una feria que ha forjado el espíritu de la plaza de Manizales, llamada con justicia la Catedral del Toreo en Colombia.
UNA OBRA QUE NACE DE LA NECESIDAD DE CONTAR LA HISTORIA
En diálogo con La Patria, Víctor Diusabá explicó el origen del proyecto:
“Surge de la necesidad de contar la historia de una plaza que tiene embrujo, historia y un desarrollo extraordinario, primero para forjarse como tal y luego para desarrollar ya en este momento 70 ferias. En medio de las circunstancias que vive la fiesta, lo más importante es rescatar la historia de la Feria de Manizales, riquísima en todo sentido”.
Los autores, que ya habían firmado la imprescindible obra dedicada a los 90 años de la plaza de toros La Santamaría de Bogotá, asumieron el reto de documentar la feria manizaleña con una metodología que Diusabá denomina “arqueológica”: rescatar tardes, nombres, carteles y faenas que, más allá de las estadísticas, constituyen hitos imborrables en la memoria colectiva.
EL DUENDE DE MANIZALES, ETERNO PROTAGONISTA
La dificultad, admiten los autores, estuvo en decidir qué hechos incluir. Porque, como afirma Víctor Diusabá, “en Manizales ocurren milagros taurinos todos los días, esa plaza tiene un duende impresionante, y es que siempre pasa algo hasta el día en que no pasa nada”.
Así, el libro no busca coronar una sola tarde como la más grande, ni una sola faena como la más memorable. Prefiere, en cambio, tejer un relato coral donde cada feria, cada toro y cada torero tienen su sitio en la trama de una historia mayor: setenta años de emociones, triunfos, desconsuelos, silencios y rugidos que han hecho de la Feria de Manizales la más importante de Colombia.
EL VALOR DOCUMENTAL Y CULTURAL
El diario La Patria, con sus ricos archivos, se convirtió en fuente esencial para alimentar la obra, demostrando que el periodismo taurino es también un reservorio de la cultura popular y artística. Los autores subrayan que esta recopilación no es un inventario frío de carteles o estadísticas, sino una reconstrucción viva, nutrida por testimonios de quienes estuvieron allí, bajo la emoción irrepetible de cada tarde.
En tiempos en que la tauromaquia enfrenta cuestionamientos y debates en Colombia y el mundo, obras como esta, impulsadas por los coloquios de Astauros, son un recordatorio de que la fiesta es también arte, literatura, patrimonio y memoria colectiva. El libro se erige como un monumento escrito que no solo honra al pasado, sino que reafirma la vigencia de una tradición cultural que ha modelado la identidad de generaciones enteras en Manizales.
EPÍLOGO: LA FERIA QUE NO SE APAGA
La conclusión de los autores es contundente: “Con el respeto de todas las demás ferias del país, la de Manizales es la más importante de Colombia”. Y no es una frase hueca: basta recordar la emoción que despierta cada enero en la capital caldense, la expectación de su afición y la entrega de sus toreros y ganaderías, para comprender que la Feria de Manizales no es un evento más en el calendario, sino un ritual que renueva cada año el vínculo entre el toro, el ruedo y la cultura.
Así, mientras en Cali se alza mañana este homenaje escrito, en el aire ya se percibe la grandeza de una feria que no necesita defensa: se defiende sola, con su historia, con su duende y con la memoria viva que hoy Astauros y sus coloquios se empeñan en rescatar para las futuras generaciones.