13.10.2025 03:58 a.m.
Redacción: Javier Enrique Baquero Pardo (JABA) – www.voyalostoros.com– Web Aliada
La corrida “Toros y Ciudad 2025” en Manizales reunió a seis toreros colombianos llenos de ilusión ante una plaza repleta y bajo un ambiente festivo, pese a la lluvia. Las faenas, marcadas por entrega y esfuerzo, tuvieron momentos de arte y emoción, especialmente con Leandro de Andalucía y David Martínez, aunque la suerte suprema fue decisiva y restó triunfos. La jornada, cargada de simbolismo y pasión, culminó con el anuncio más esperado por los aficionados: el regreso de César Rincón a los ruedos manizaleños.
Manizales – Colombia. San Pedro esperó hasta las tres y treinta de la tarde para cerrar sus grifos celestiales, y entonces sonó el pasodoble El Gato Montés en el ruedo capitalino de Manizales, como en las tres tardes de feria.
La plaza registraba un llenazo, de esos que solo se ven cuando en el cartel hay figuras; sin embargo, esta vez eran seis toreros colombianos, luchadores y llenos de ilusiones, los que daban forma a la corrida “Toros y Ciudad 2025”.
No importó que la lluvia previa amenazara con arruinar la cita: los tendidos multicolores estaban abarrotados. En el ruedo, los monosabios, los mejores que conozco, se movían como hormiguitas para dejar la arena en perfectas condiciones. Incluso la aprendiz Laura, que recién inicia su camino en este oficio, acomodaba el aserrín para tapar las imperfecciones del albero.
El paseíllo fue muy emotivo. Uno de los monosabios recibió un homenaje por parte de Cormanizales, y en los tendidos se alzaron muchas pancartas en favor de la fiesta brava, entre ellas algunas con gritos de “¡Fuera Petro!”. Antes del primer toro, una pancarta anunciaba el regreso de César Rincón a torear en Manizales, rumor que ya circulaba desde la mañana, cuando el maestro salió por octava vez por la Puerta Grande de Las Ventas.
Abrió plaza Leandro de Andalucía, vestido de rosa y oro con remates blancos. Lidió a Colegial, de 454 kilos, un toro en el tipo clásico de la casa Gutiérrez. Siete verónicas y una media templada fueron su carta de presentación. Llevó al toro al caballo de Edgar Arandia con chicuelinas al paso, y el picador dejó una buena vara. En banderillas, Brayan Valencia, en su examen para profesional, dejó dos buenos pares: dos de dos, primer punto positivo. Leandro brindó al público y, de rodillas, sorprendió con un cambiado por la espalda seguido de una serie vibrante. El público, entregado. El torero manejó los tiempos con mesura, tirando suavemente de las embestidas de Colegial. La música acompañó una faena de temple, plasticidad y gusto. Sin embargo, el toro fue perdiendo recorrido y acortando su embestida. La estocada, bien ejecutada, quedó entera, aunque el toro tardó en caer. Una segunda espada efectiva cerró su actuación. Palmas al toro y saludo desde el tercio.
El segundo en turno fue Luis Miguel Castrillón, de traje burdeos y oro. Enfrentó a Azafrán, de 444 kilos. Cuatro verónicas templadas y una media ajustada abrieron su labor. Reinario Bulla dejó una vara contundente. En el centro del ruedo, por gaoneras, cerró su labor de capa. En banderillas, Valencia falló en el primer intento, pero corrigió y dejó medio par aceptable. Castrillón brindó al público y, con muleta en mano izquierda, templó y llevó al toro al centro. Hizo las cosas bien, pero al toro le faltó transmisión. Ni siquiera La Ponsina logró levantar la faena. Con la espada falló varias veces antes de acertar con el descabello, tras oír el primer aviso.
En tercer lugar, salió Filibustero, de 476 kilos, para David Martínez, quien lanceó con suavidad. William Torres colocó una vara corta y caída. Martínez, que puso sus propias banderillas, colocó tres pares soberbios que arrancaron gritos de “¡Torero!”. Brindó al público e inició de rodillas una faena muy jaleada. El toro, sin entrega, le complicó la labor, pero David mostró perseverancia y buen gusto con la izquierda. Al llegar la hora de matar, tres pinchazos y una espada trasera le robaron un posible triunfo.
El cuarto, Milpero (452 kg), correspondió a Sebastián Cáqueza, quien saludó de rodillas y dejó algunos lances para llevar al toro al caballo de Hildebrando Nieto. Valencia volvió a poner banderillas. Sebastián brindó al público y comenzó su faena en el centro, con cambiados por la espalda y series por la derecha. Sin embargo, la faena careció de emoción y transmisión. La espada, pesada.
El quinto turno fue para Manolo Castañeda, con Florista (480 kg). Recibió al toro con una larga cambiada de rodillas y variedad de capa que encendió los tendidos. Con las banderillas se ganó al público. Con la muleta ofreció una faena más teatral que ortodoxa, aprovechando los momentos y gestos para conectar con el público. El palco sonó un aviso fuera de reglamento, debido a la demora en tomar la espada. Dos estocadas y una puntilla ejecutada por él mismo cerraron su actuación.
Cerró la tarde José Luis Vega con Cerillero. Poco se vio con el capote y la faena tampoco levantó vuelo. Aunque sonó la música, faltaron emoción y peligro. La espada tampoco ayudó.
Al final, tras doblar el primer toro, una pancarta en el ruedo trajo la mejor noticia del día: el regreso de César Rincón al ruedo manizaleño.