04.08.2025 12:03 m.
Redacción: Juan Pablo Garzón Vásquez
La Barra Taurina Cinco de Bogotá reconoció a Carlos Mauricio Barajas Sepúlveda como socio del año 2024-2025, exaltando su compromiso inquebrantable, su liderazgo ejemplar y la herencia taurina recibida de su padre, don Carlos Barajas, que ha marcado su vida con la misma fuerza que el arte de la tauromaquia.
Lenguazaque - Colombia. La tauromaquia no es solo una expresión artística ni una fiesta cultural; es también una herencia que se transmite de generación en generación, una llama que arde con fuerza en los corazones de quienes la aman. Así lo demuestra la vida de Carlos Mauricio Barajas Sepúlveda, quien desde su infancia aprendió a sentir la vibración del paseíllo, el respeto a la liturgia del ruedo y la emoción del arte taurino gracias al legado de su padre, don Carlos Barajas, un hombre que le inculcó los valores y la mística de la Fiesta Brava.
Hoy, Mauricio, además de destacar como profesional en el campo de la odontología, ha sabido mantener vivo ese legado y proyectarlo con pasión y entrega a las nuevas generaciones. Su compromiso con la tauromaquia se cristalizó recientemente cuando, en el marco de la Asamblea General 2025, la Junta Directiva de la Barra Taurina Cinco de Bogotá, bajo la presidencia de Hernán Arciniegas Caro, le otorgó la distinción de “Socio del Año 2024-2025”. Este galardón reconoce no solo su incansable labor y liderazgo, sino también su fidelidad y dedicación a una institución que se ha convertido en faro y estandarte de la cultura taurina en la capital.
La decisión de la directiva no fue un simple acto protocolario. Fue, más bien, un reconocimiento profundo y merecido a quien ha sabido encarnar la esencia de la tauromaquia: respeto, valor, constancia y amor por una tradición que desafía el tiempo. La figura de Mauricio Barajas se erige como símbolo de entrega desinteresada y espíritu inquebrantable, cualidades que lo convierten en referente y ejemplo para los miembros de la Barra y para toda la afición taurina.
El acto estuvo acompañado de una fotografía que ya forma parte de la memoria taurina capitalina: Yesid Aguilar, Alfonso Arias, Carlos González, Mauricio Barajas, Hernán Arciniegas, Juan Torres Posada, Gustavo Caipa, María Tránsito Bohórquez Pérez y Mauricio García, todos reunidos como una gran familia en torno a la Fiesta Brava. Esa instantánea no es solo un registro gráfico, sino un testimonio vivo de la unión, el compañerismo y la fuerza de la tradición taurina que sigue latiendo con vigor en el corazón de Bogotá.
Para Mauricio, este reconocimiento no es un punto de llegada, sino un nuevo impulso para seguir trabajando por la tauromaquia, defendiendo sus valores y promoviendo su vigencia en una sociedad que cada vez demanda más pasión, identidad y compromiso cultural. Con humildad y gratitud, el odontólogo y taurino asegura que la distinción le pertenece tanto a él como a todos aquellos que, como su padre, han labrado con sacrificio y amor el camino que hoy lo lleva a ocupar este lugar de honor.
La vida taurina de Mauricio Barajas es, en esencia, un espejo donde se refleja el arte de mantener viva la llama de una tradición que nunca se extingue, y que seguirá iluminando el ruedo de la cultura y la afición taurina en Colombia.