03.10.2025 05:35 a.m.
Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora
El coloquio celebrado en la plaza de toros de Cali puso sobre la mesa la trascendencia del encaste Murube–Santacoloma y la amenaza que enfrenta el toro bravo en Colombia ante la inminente prohibición de las corridas. Antonio José González hizo un llamado urgente a preservar una especie única en el reino animal, cuyo futuro está hoy en manos de decisiones políticas y de la defensa activa de la afición.
Arbeláez - Colombia. El eco de la palabra se convirtió anoche en faena. Bajo el cielo caleño, la plaza de toros se transformó en aula y trinchera, donde la voz de Antonio José González levantó pasiones y argumentos en defensa del toro bravo. No fue un acto protocolario, sino un coloquio cargado de sentido histórico, zootécnico y cultural, en el que se desnudaron verdades incómodas y se reivindicó el papel de un encaste que late como corazón de la bravura. Allí, entre aficionados y profesionales, se puso de manifiesto que la lucha no es solo por una tradición, sino por la preservación de un ser irrepetible: el toro de lidia.
LA TEMÁTICA DEL COLOQUIO: DEFENSA DE UN PATRIMONIO VIVO
Anoche, a partir de las siete, la plaza de toros de Cali volvió a ser escenario de reflexión y defensa de la tauromaquia. El coloquio convocó a un nutrido grupo de aficionados, profesionales y estudiosos de la fiesta, quienes encontraron en las palabras de Antonio José González una auténtica cátedra sobre la importancia de un encaste que ha marcado la historia de la bravura: el Murube–Santacoloma.
El ponente no se limitó a una exposición técnica, sino que construyó un discurso profundo y vibrante, donde se entrelazaron la historia de la ganadería, la esencia del toro bravo y la inminente amenaza que supone la prohibición de las corridas en Colombia en un plazo de dos años. Con argumentos sólidos, González subrayó que estamos ante una especie animal única en el mundo, cuya existencia depende exclusivamente de la tauromaquia.
MURUBE–SANTACOLOMA: UN ENCASTE DE LEYENDA
El encaste Murube–Santacoloma es reconocido por su nobleza, casta y transmisión, elementos imprescindibles para el toreo a caballo y para la expresión más pura de la lidia. González recordó cómo este tronco genético, fruto de siglos de selección, se ha convertido en una referencia indiscutible dentro de la crianza del toro bravo.
Destacó que no hablamos solo de una línea ganadera, sino de un patrimonio genético que condensa lo mejor de la bravura, la fijeza y la embestida templada. Un animal que, más allá de lo artístico, representa un eslabón irreemplazable de la biodiversidad.
EL RIESGO DE LA DESAPARICIÓN: UN DAÑO IRREVERSIBLE
La prohibición de las corridas, subrayó González, no es un simple cambio cultural o legislativo, sino una sentencia de muerte para el toro bravo. La desaparición de la lidia implicaría el arrasamiento de una especie animal que no tiene cabida fuera del ecosistema taurino.
En palabras del ponente: “Lo que los antis llaman progreso no es más que ignorancia. Sin corridas, el toro bravo desaparece, y con él una tradición cultural, un patrimonio genético y un ecosistema entero que gira en torno a su crianza.”
El señalamiento fue claro: las posturas antitaurinas se sostienen en discursos superficiales, ajenos al rigor científico, a la historia y al valor medioambiental de la crianza brava.
UN LLAMADO A LA DEFENSA ACTIVA
El coloquio no fue solo una lección magistral de zootecnia y tauromaquia, sino también un toque de corneta. González exhortó a los presentes a movilizarse en defensa de la fiesta, a entender que el toro bravo es rey y razón de ser de la tauromaquia, y que permitir su extinción equivaldría a una derrota cultural sin precedentes.
Pidió a las instituciones, a los medios y a la afición medidas concretas de salvaguarda, desde la divulgación educativa hasta el respaldo jurídico, pasando por el fortalecimiento de la actividad ganadera.
SÍNTESIS: LA FIESTA COMO LEGADO
El coloquio de Cali dejó claro que la discusión no es únicamente estética o ideológica: está en juego la vida de un animal único en la naturaleza y la permanencia de una tradición que forma parte del alma hispana y americana.
El encaste Murube–Santacoloma simboliza la grandeza del toro bravo y, con él, la grandeza de la fiesta. La cita de anoche recordó que, frente a la amenaza de la prohibición, el deber de los taurinos es redoblar esfuerzos para que la historia no se escriba en clave de pérdida, sino de resistencia y preservación.