
25.10.2025 07:46 a.m.
Redacción: Andrey Gerardo Márquez Garzón
El torero peruano Andrés Roca Rey inicia una etapa decisiva en su carrera al anunciar su apoderamiento por Luis Manuel Lozano. Con esta alianza, el diestro busca consolidar su liderazgo en el toreo mundial, encarando con renovada ambición su temporada americana y un reto histórico: lidiar seis toros en solitario en Lima el próximo 2 de noviembre.
Cajicá - Colombia. El mundo taurino vuelve a estremecerse con un anuncio que marca un antes y un después en la carrera del máximo exponente del toreo contemporáneo: Andrés Roca Rey ha hecho oficial su unión profesional con Luis Manuel Lozano, uno de los nombres más respetados y con mayor solera en la gestión de figuras del toreo. A través de un comunicado, el matador limeño confirmó que se abre una nueva etapa cargada de ilusión, estrategia y madurez, un viraje que promete mantenerlo en la cúspide de la tauromaquia mundial.
“Juventud, ambición y experiencia” son las tres palabras que sintetizan el espíritu de esta nueva alianza. Roca Rey, con apenas 28 años, ha demostrado ser mucho más que una promesa: es ya una realidad consolidada en los ruedos de España y América, un torero que conjuga valor sereno, temple de acero y una conexión única con el público. Sin embargo, este anuncio parece revelar que el diestro peruano no se conforma con lo alcanzado y busca dar un paso más allá en la arquitectura de su legado.
Luis Manuel Lozano, miembro de una dinastía de apoderados con larga trayectoria, aporta a la ecuación la sabiduría y el pulso estratégico que caracterizan a quienes han guiado a figuras históricas del toreo. Su incorporación se interpreta como un movimiento meditado, con la mirada puesta en un horizonte de consolidación y renovación, en el que Roca Rey aspira no solo a mantener su hegemonía artística, sino a trascender las fronteras de la tauromaquia actual.
El torero, fiel a su estilo de pocas palabras y muchos hechos, ha decidido respaldar este cambio con una gesta de enorme simbolismo: el próximo 2 de noviembre, en Lima, su ciudad natal, estoqueará seis toros en solitario, un desafío reservado solo a los elegidos, a los que hacen del ruedo una extensión del alma. La plaza de Acho será testigo de una cita que promete ser histórica, una suerte de examen íntimo y público, donde el diestro se enfrentará a sí mismo, al toro y a su propio destino.
En el fondo, esta nueva etapa es más que un cambio de apoderamiento; es una declaración de principios, una reafirmación del espíritu combativo y apasionado que caracteriza a Roca Rey. El torero peruano ha sabido convertir cada adversidad en impulso, cada cornada en aprendizaje, cada triunfo en responsabilidad. Con su habitual temple y una madurez artística en pleno florecimiento, afronta esta fase con el compromiso de seguir “escribiendo páginas importantes en la historia del toreo”, según recoge el comunicado oficial.
Los aficionados, tanto en España como en América, aguardan con expectación los resultados de esta nueva sociedad. Las ferias del próximo año serán el termómetro que mida la dimensión de este binomio Lozano-Roca Rey, llamado a redefinir estrategias y a trazar nuevas sendas en la gestión de una figura que ya trasciende generaciones y fronteras.
En tiempos donde la tauromaquia busca reinventarse sin perder su esencia, Roca Rey encarna la fusión perfecta entre el clasicismo y la revolución, entre el respeto a la tradición y la osadía de romper moldes. Su alianza con Lozano no es solo un movimiento profesional: es una apuesta por el futuro del arte de torear, un mensaje claro de que aún quedan páginas por escribir en su historia, con la misma tinta de autenticidad, entrega y verdad que siempre lo ha definido.
El reloj taurino marca una nueva hora. Roca Rey no solo afronta una nueva temporada: inicia su propia era.







