Salamanca: Épica Compartida, Veteranía y Juventud se Dan la Mano en Tarde Inmortal

Salamanca: Épica Compartida, Veteranía y Juventud se Dan la Mano en Tarde Inmortal

14.06.2025  02:21 p.m.

Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora

La Glorieta fue escenario de una tarde para la historia: Morante de la Puebla desató el delirio con una faena inmortal de dos orejas y rabo a un toro de Garcigrande; Marco Pérez, en su primera corrida en España, respondió con carácter y temple, cortando dos orejas en una réplica madura y emotiva. Ambos salieron a hombros en un triunfo donde se abrazaron la veteranía y la juventud.

Arbeláez - Colombia. Hay tardes en las que el toreo se vuelve inmortal. En las que el reloj se detiene y el tiempo, en lugar de correr, se arrodilla ante la verdad del arte. La de hoy, en La Glorieta, fue una de esas. Una página escrita con sangre caliente, aroma a gloria, y eco de generaciones. Morante de la Puebla firmó una obra maestra para la eternidad y Marco Pérez respondió con la ambición encendida de quien se sabe llamado a la historia. La plaza de Salamanca, en pie, celebró una doble Puerta Grande que no fue fruto del azar, sino del encuentro entre la madurez que brilla y la juventud que arde.

MORANTE: UNA OBRA DE LEYENDA

Lo del genio de La Puebla fue, sencillamente, antológico. Morante toreó con el alma en cada muletazo al quinto de la tarde, un toro extraordinario de Garcigrande que mereció —y obtuvo— la vuelta al ruedo. El sevillano, inspirado, empezó con rodillas en tierra y ayudados por alto que encendieron la mecha de una faena de otra dimensión. A cámara lenta, con temple supremo, Morante toreó con ambas manos con una claridad expresiva que hipnotizó al tendido. Los naturales fueron una sinfonía lenta y honda, como si el toreo se reinventara en cada trazo. Fue una oda al arte de parar el tiempo. Estocada certera, dos orejas y rabo, y una plaza rendida. El toro, justo premio, recibió la vuelta al ruedo.

Antes, había dejado detalles de orfebrería frente al segundo, otro buen toro de Garcigrande, al que recetó verónicas que olieron a gloria. Recortes de rodillas, chicuelinas de embrujo, y una faena que de no ser por el acero habría valido trofeo. El tercero, sin embargo, no dio opción: deslucido, sin fondo, obligó al maestro a abreviar.

Pero lo del quinto bastó para llenar la tarde de historia. Fue una cumbre. Morante está en ese momento de plenitud donde el arte y la técnica conviven sin roces, donde el capricho es inspiración y la inspiración se convierte en oro. Fue un rabo que ya está en la memoria de Salamanca y del toreo.

MARCO: EL NIÑO QUE FUE HOMBRE

Y si la primera mitad fue para el arte consagrado, la segunda encendió la llama de la juventud que no espera turno. Marco Pérez debutaba como matador en su tierra, en su casa, y lo hizo con un poso y una seriedad que no se improvisan. El sexto toro, de García Jiménez, encontró al salmantino decidido, de rodillas desde la primera verónica, galleando por la espalda con el capote y firmando un quite a una mano que puso la plaza boca abajo. Nadie diría que era su primera corrida en España. Toreó con autoridad, con ese temple que no se enseña, y ligó una faena cargada de carácter, ambición y pulso. Apretó al toro, lo condujo con firmeza, y remató con unas luquecinas que cautivaron. Pinchazo y estocada. Dos orejas y una ovación atronadora.

Pero antes también había mostrado madera de figura. Al primero de su lote, un Garcigrande sin clase, lo sostuvo con inteligencia, pulso y exposición, aunque la espada le negó el premio. Palmas sinceras. En el segundo, un ejemplar sin entrega, Marco expuso mucho y pisó donde pocos se atreven. Silencio injusto para una labor comprometida. La faena al cuarto, sin embargo, había sido de maestro. Le faltó redondear con el acero lo que los trastos ya habían contado con elocuencia.

UNA TARDE PARA LA HISTORIA

Y así, cuando se abrieron las puertas de la gloria, Morante y Marco salieron juntos a hombros por la Puerta Grande. El genio y la promesa. El arte consumado y la ilusión madura. El ayer y el mañana. Fue mucho más que un triunfo: fue una consagración dual, un testamento generacional en una plaza que vibró, que lloró, que aplaudió hasta las lágrimas.

En esta corrida en honor a San Juan de Sahagún, los toros de El Puerto, de Garcigrande, de García Jiménez, ofrecieron una materia prima desigual pero suficiente para que el toreo escribiera una de esas tardes que no caben en las estadísticas. La historia de La Glorieta sumó una página más, y vaya si es dorada.

Lo que firmó Morante es leyenda. Lo que firmó Marco es promesa cumplida. Y lo que vivió el toreo fue una reconciliación con su mejor versión: la de la emoción sin atajos, la del arte sin edad.

Ficha del Festejo:

Salamanca: Sábado 14 de junio, 2025 - Plaza de toros de La Glorieta - Corrida de toros en honor a la festividad de San Juan de Sahagún - Toros de Puerto de San Lorenzo (1º y 4º), Garcigrande (2º y 5º), y Hermanos García Jiménez (3º y 6º), variados de presentación y desiguales de comportamiento. Se destacó el quinto de la tarde, gran ejemplar de Garcigrande, premiado con la vuelta al ruedo. Morante de la Puebla: Ovación, Silencio y Dos orejas y rabo. Marco Pérez: Palmas, Silencio y Dos orejas. Incidencias: Morante de la Puebla y Marco Pérez saludaron una ovación en el tercio con el público de La Glorieta puesta en pie.

  

 

Contacto

En el Callejón
Finca Buenos Aires
Vereda San Miguel Bajo
Arbeláez - Colombia

(057) 311 5129275

© 2024 Todos los derechos reservados.

Creado con Webnode