15.12.2025 09:46 a.m.
Redacción: Jerónimo Baquero Toros – www.voyalostoros.com – Web Aliada
La corrida de Une (Cundinamarca) se saldó con una tarde de alto contenido taurino, marcada por el temple, el mando y la nobleza del encierro de Mondoñedo, que permitió salidas triunfales y una afición entregada que vivió una auténtica fiesta brava.
Une – Colombia. La plaza de toros de Une vivió una de esas tardes que quedan grabadas en la memoria colectiva de la afición. No fue únicamente una corrida de resultados abultados; fue, ante todo, una exhibición de toreo con fundamento, donde el temple, el sitio y el mando se impusieron como valores esenciales frente a un encierro que, por su nobleza y casta, exigía toreros capaces de entenderlo y gobernarlo. Con más de media plaza registrando una entrada importante, el ambiente estuvo cargado de expectación y respuesta del tendido desde el primer lance.
El encierro de Mondoñedo fue eje y sostén del festejo: toros bravos, nobles y con clase, algunos con matices, pelín tardos, reservones o justos de fuerza, pero todos con opciones claras para el lucimiento. A ello se sumó la entrega de los ejemplares de Punta Umbría, que ofrecieron movilidad y transmisión, especialmente propicia para los toreros que apostaron por el temple largo y la colocación exacta.
JOSÉ ARCILA, MANDO Y FIRMEZA DE TORERO CUAJADO
Abrió plaza José Arcila, quien dejó claro desde el saludo capotero que venía decidido a mandar. Ante un Mondoñedo noble, bravo y encastado, aunque algo tardo en la embestida, el colombiano dibujó verónicas bien cargadas, ganando terreno y asentando autoridad. Con la muleta construyó una faena de corte clásico, basada en el pulso firme, los tiempos justos y el sitio preciso, llevando al toro cosido a la pañosa con muletazos templados y bien rematados. La estocada fue efectiva y el palco no dudó en conceder las dos orejas, premio a una labor de peso y torería.
Con su segundo, también de Mondoñedo, bravo y humillador pero algo reservón, Arcila volvió a lucir en capa, mostrando variedad y solvencia. En la muleta firmó una faena interesante, con gusto y cabeza fría, sabiendo medir al astado y extraerle lo mejor en tandas bien administradas. Sin embargo, el acero se atravesó en su camino: los tres avisos sonaron como castigo excesivo para una labor que merecía mayor recompensa, aunque no lograron empañar la dimensión de su tarde.
ANDY YOUNES, ELEGANCIA AL RALENTÍ Y PUERTA GRANDE
El francés Andy Younes protagonizó una auténtica exhibición de elegancia y mando, de esas que enamoran al aficionado sensible. A su primero, un Mondoñedo bien hecho, bravo, noble y fijo, lo saludó con un capote exquisito, dejando verónicas templadas y de dibujo largo. La faena de muleta fue de alto nivel, cimentada en el temple, el sitio y la autoridad serena, llevando al toro siempre sometido y con profundidad. La estocada certera rubricó el conjunto y le valió dos orejas de ley.
Con el quinto de la tarde, Younes elevó aún más el listón. El toro, noble y enclasado pero justo de fuerzas, encontró en el francés al intérprete ideal. El diestro se acopló con inteligencia y sensibilidad, toreando al ralentí, imprimiendo suavidad y gusto a cada muletazo, logrando pasajes de auténtico deleite artístico. Supo dosificar, templar y mandar sin violentar, construyendo una faena de gran empaque. La estocada volvió a ser efectiva y las dos orejas abrieron de par en par la Puerta Grande, por la que salió entre el clamor del público.
CRISTIAN, NATURALIDAD Y PROYECCIÓN DE FUTURO
El novillero Cristian dejó una grata impresión, mostrando actitud, entrega y un concepto natural del toreo. Ante el Eral de Punta Umbría, encastado pero distraído, saludó con verónicas bien ejecutadas, demostrando oficio. Con la muleta hilvanó una faena interesante, en la que sobresalieron los naturales de afiche, largos, profundos y cargados de gusto, que arrancaron los olés más sentidos de la tarde. La espada le negó un premio mayor, quedando en una merecida vuelta al ruedo.
Cerró su actuación con un burel noble y encastado de Punta Umbría, al que recibió con gusto y decisión. La faena fue firme por ambas manos, templada, con empaque y torería, dejando claro su crecimiento y proyección. Una estocada atravesada bastó para que se le concediera una oreja, premio al esfuerzo y a la actitud.
BALANCE FINAL: UNA TARDE DE TORERÍA AUTÉNTICA
El balance de la corrida no admite discusión: los toros de Mondoñedo, por su nobleza y casta, fueron determinantes para el triunfo rotundo de José Arcila y Andy Younes, quienes abandonaron la plaza con triunfo en su esportón y el reconocimiento unánime del público. La afición de Une se retiró satisfecha, consciente de haber presenciado una tarde donde el toreo con temple, mando y verdad se impuso con claridad.
Une, Cundinamarca, abrió la Puerta Grande no solo a los toreros, sino al toreo bien hecho, ese que se construye desde la cabeza, se ejecuta con las muñecas y se remata con el corazón. Una corrida que reafirma que, cuando hay toros y toreros, la Fiesta responde con grandeza.
